El objetivo es preparar las bases aéreas españolas para un escenario en el que la inteligencia artificial y el dato se convertirán en el factor clave para asegurar la máxima operatividad posible de las aeronaves y para extender su ciclo de vida. «La propuesta de Indra está completamente alineada con la visión del Ejército del Aire y del Espacio de avanzar hacia unas bases donde las personas, herramientas y procesos estén totalmente conectados para agilizar el trabajo, aplicando inteligencia artificial para facilitar la planificación y la toma de decisiones y para asegurar un uso óptimo de recursos, de forma más respetuosa con el medioambiente», ha explicado el gerente de Desarrollo de Negocio Aftermarket, Alvaredo.
En este sentido, y tomando la aeronave como el activo central, Indra ha desarrollado un sistema de registro o PMDS (Portable Maintenance Data Store) que recoge parámetros de los sistemas del Eurofighter en vuelo.
Nada más tomar tierra, los datos se trasmitirán de forma inalámbrica al sistema Sherpa, desarrollado por Indra según requisitos del Ejército del Aire y del Espacio, y que utiliza inteligencia artificial para detectar posibles fallos de forma predictiva. Esta información llegará de forma inmediata a los especialistas, que acceden directamente a ella desde sus smartwatchs o tablets a pie de pista.
Los fallos, una vez confirmados por el especialista, son transferidos automáticamente al sistema de mantenimiento de las Maestranzas del Ejército del Aire, Maesweb, junto con las evidencias oportunas capturadas mediante un novedoso sistema de gafas con realidad aumentada, de forma que toda la actividad de diagnóstico queda registrada y es compartida con los siguientes niveles de mantenimiento, evitando la más mínima pérdida de conocimiento.
En el hangar, toda la operación de mantenimiento está perfectamente sincronizada y apoyada en herramientas digitales. Cada pieza, herramienta y mecánico estará perfectamente identificado y geolocalizado mediante etiquetas electrónicas y tags, gracias a un sistema de localización en tiempo real (RTLS) de alta precisión, lo que facilita una mejor planificación de los trabajos, un control más eficiente del stock y respalda el trabajo de los mecánicos, permitiéndoles detectar si falta algún recurso.
Cada mecánico dispondrá de unas gafas de realidad aumentada Hololens que le aportan información contextual de los sistemas que debe reparar y le dan acceso a la documentación técnica necesaria para guiarle. Además, con estas gafas puede solicitar apoyo en remoto de otros especialistas, que verán lo mismo que el mecánico, una función especialmente útil en misiones internacionales.