La misma documentación ha entregado a sus trabajadores a través del correo «ante esta situación, y en defensa de la reputación de Ineco y de sus profesionales, del buen hacer de las responsables que supervisaron e hicieron seguimiento de la labor desempeñada por la citada ex empleada».
En este mensaje, la empresa pública reacciona a lo testificado por Jessica, que aseguró al instructor del caso Koldo en el Tribunal Supremo, Leopoldo Puente, que estuvo contratada en Ineco pero que nunca llegó a realizar trabajo alguno, aunque sí cobró, unos mil euros mensuales. Su cometido era el de auxiliar administrativa del hermano de Koldo García, de nombre Joseba.
«En relación con las informaciones publicadas en los últimos días, derivadas de las declaraciones de varios testigos en el Tribunal Supremo, sobre la relación laboral de JRG, queremos compartir con todos vosotros y vosotras los hechos y la acción que como empresa vamos a emprender», dice el escrito de Ineco a sus empleados.
La compañía dependiente de Transportes explica que «la incorporación de una auxiliar administrativa, hace seis años, se inscribe en un encargo de Adif Alta Velocidad para dar servicio de apoyo técnico y gestión administrativa en las oficinas del cliente, en el marco de un contrato temporal, encuadrada en la categoría de asistente 3 rama administrativa, del día 01/03/2019 al 28/02/2021».
Ineco sostiene que el tratamiento que se dio «a esta persona trabajadora siguió la metodología, vigente en el momento de la contratación, establecida para los empleados que trabajan en oficina de cliente, no solo a través del procedimiento ordinario de tramitación de partes y control horario, que realizó desde su propia cuenta de usuario, sino también a través de los correos electrónicos que, dentro del desempeño ordinario habitual de cualquier profesional de la compañía, intercambiaba con sus responsables técnicos y organizativos, entre los cuales la empleada llega a detallar los días de la semana que tiene más carga de trabajo o la distribución semanal de su actividad laboral».
Según Ineco, «este seguimiento se intensifica durante la pandemia del COVID-19 y la implantación del teletrabajo y, al informe diario que enviaba detallando las tareas desarrolladas y el tiempo empleado en las mismas, hay que añadir el control de sus responsables directos que preguntaron cuando correspondió (y obtuvieron respuesta y corrección por parte de la empleada) sobre la imputación de ciertas horas».
«Todos estos trabajos, dentro del encargo correspondiente, fueron certificados por Ineco y revisados, aprobados y abonados por el propio cliente donde la empleada prestaba servicio», asegura.