La encuesta, que se publica el lunes, Día Mundial de la Alimentación, revela que el 59% de los padres encuestados están muy preocupados por el hambre y la malnutrición infantil en sus familias, y el 46% por conseguir dinero para comprar alimentos.
El 37% de los padres afirma que sus hijos no reciben una nutrición adecuada cada día, y el 21% afirma que sus hijos han pasado hambre en el último mes. El porcentaje de niños que se acuestan con hambre se eleva al 38% en los países de renta baja. En Estados Unidos, el 18% de los encuestados afirma que algún niño se ha acostado con hambre en su casa. «El hambre es un problema mundial, y no se limita a un solo país o parte del globo», afirmó en un comunicado Andrew Morely, presidente de World Vision International.
La encuesta, realizada por Ipsos, sondeó a más de 14.000 personas de todos los niveles de ingresos. Entre los encuestados que afirmaron que sus hijos se iban a dormir con hambre, el 46% citó la inflación y el coste de la vida como principal motivo. Las dos siguientes razones más citadas fueron los bajos ingresos familiares (39%) y la falta de atención de los Gobiernos para acabar con el hambre (25%).
El aumento de los precios ha afectado a las economías de todo el mundo debido a factores como las interrupciones relacionadas con pandemias en las cadenas de suministro mundiales y los efectos de la guerra de Rusia en Ucrania. La inflación persistentemente alta fue la mayor preocupación económica de los economistas este año, según las encuestas de Reuters.
Entre los 16 países se encontraban Australia, Bangladés, Brasil, Reino Unido, Canadá, Alemania, Japón, México, Perú, Filipinas, Corea del Sur y Estados Unidos, donde Ipsos encuestó a unos 1.000 adultos en cada nación. En Chad, la República Democrática del Congo, Irak y Malaui, encuestó a unas 500 personas en cada país. La inflación y el aumento del coste de la vida fueron la causa más citada del hambre infantil en 11 de los 16 países, alcanzando un máximo del 70% en Bangladés. Pero países ricos como Canadá (68%), Australia (66%) y Reino Unido (66%) también citaron la subida de los precios como causa principal.