Todo comienza con una gran escuadra que se está preparando para ir a las Indias con todo tipo de productos y volver cargada del oro que sustenta a la Corona. Pero cuando falta poco para zarpar aparece la cabeza de una célebre prostituta pelirroja en el mascarón de proa de la nave Soberbia que es la que encabeza el convoy. La superstición de los marineros hace que muchos lo vean como un presagio de la desgracia que va a acompañar a esa nave y a la expedición y acaban por negarse a embarcar. Todavía aparecerá otra prostituta más asesinada en la misma nave. Pero al fin partirán para América.
La protagonista es una prostituta de color, Damiana, y el piloto real de la Soberbia. Junto con ellos aparecerá la carmelita descalza, superiora del convento, personaje real, que es una mujer culta, ejemplo del espíritu renacentista y capaz de comprender las nuevas ideas. En su convento hay una monja, amiga de Damiana y que será acusada injustamente a la Inquisición. En el fondo hay un secreto, vislumbrado por algunos que es el que va a llevar a toda la acción que se desarrolla en tierra y mar.
El ambiente de Sevilla en aquellos momentos gloriosos para la ciudad está muy bien dibujado y los personajes, reales unos, ficticios otros, cumplen bien su papel. El problema es que se abren muchas tramas que no acaban de cerrarse y la sensación es que falta un final que enlace todo.
La redacción es sencilla, comprensible, agradable, quizá en algunos momentos un poco lenta, y no faltan escenas sensuales y conversaciones y expresiones soeces, propias de la protagonista. La visión que se da de la Inquisición es superficial y obedece a los modos erróneos con que se suele tratar y sus miembros aparecen como absolutamente reprobables. En conjunto, no desentona con muchas de las novelas históricas actuales y ayuda a hacerse una idea de lo que era la gran capital hispalenses y sus gentes en el momento de mayor esplendor de la ciudad.
La Babilonia, 1580
Susana Martín Gijón
Alfaguara, (2023)
460 págs.
ISBN: 978-84-204-7044-3