A mitad del año hidrológico, ya ha pasado al país vecino casi la totalidad del volumen que contempla el acuerdo para todo el periodo. Esa otra mano, la que suelta el agua de los embalses de riego de Castilla y León, que pasa después por otros pantanos de generación eléctrica, río abajo, y termina en Portugal, es la del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico a través de su organismo gestor de la cuenca, la Confederación Hidrográfica del Duero.
Según fuentes del Miteco la presa de Miranda, que debe servir a Portugal 3.500 hectómetros cúbicos durante todo el año, ya había abastecido 3.191 a 30 de abril, el 91,2% de lo establecido para el año hidrológico –un periodo que comienza el 1 de octubre de cada año y termina el 30 de septiembre del siguiente). Además, las presas de Saucelle y del río Águeda, que deben verter al país vecino 3.800 hectómetros cúbicos en el plazo indicado, ya habían vertido 3.554 en la misma fecha, 30 de abril, el 93,5%.
Registros parecidos, anotan los otros dos puntos de suelta de la cuenca del Duero, la presa de Bemposta, que debe abastecer 3.500 hectómetros cúbicos, y la presa de Crestuma, la que más debe verter, con 5.000 hectómetros cúbicos anuales.
El Convenio de la Albufeira, por el que España se compromete a dejar a disposición de Portugal una cantidad tasada de agua –de acuerdo con criterios de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para países que comparten la cuenca de un río o de varios, como es el caso de España y Portugal–, es un acuerdo de mínimos, no de máximos. Por ello, la entrega de las cantidades de agua mencionadas sería normal en un año hidrológico corriente, pero no en uno en el que ya se ha encendido la alarma por sequía.
También está muy clara la situación en el conjunto de la cuenca, al 71% de su capacidad –2.030,9 hectómetros frente a una capacidad de 2.860,3–, cuando el año pasado en estas fechas estaba en el 82%, y aún es mayor la media de los últimos 10 años, que alcanza el 86%. En solo una semana, la cuenca ha perdido 46,4 hectómetros cúbicos, y eso que, como quien dice, aún no se ha comenzado a regar en serio. Los meses de junio, julio y agosto demandarán una cantidad desmesurada de agua.