El saldo de la deuda del Estado se elevó a 1,371 billones de euros, con un incremento interanual del 7,4%, mientras que para las Otras Unidades de la Administración Central, el saldo fue de 42.000 millones, lo que representa una disminución del 11,1% respecto al dato del año anterior. Por su parte, el saldo de deuda de las Administraciones de Seguridad Social se situó en 106.000 millones, un 7% más que un año antes.
Respecto a las administraciones territoriales, la deuda de las Comunidades Autónomas creció hasta los 325.000 millones de euros en mayo de 2023, con una variación interanual del 3,7%, mientras que la deuda de las Corporaciones Locales se situó en 24.000 millones de euros en este mes, lo que supone un 2,6% más que el saldo registrado en mayo de 2022. Por otro lado, la consolidación en el conjunto de las Administraciones Públicas -es decir, la deuda en poder de los diferentes subsectores que componen dicho sector- aumentó un 7,9% respecto al año anterior, hasta los 327.000 millones de euros.
La deuda del conjunto de las administraciones públicas alcanzó en mayo los 1,541 millones de euros, nuevo máximo histórico, tras crecer más de un 1% en tasa mensual, después del descenso que registró en abril, según los datos publicados este martes por el Banco de España. En el último año, la deuda pública ha crecido un 5,8%, con 85.176 millones de euros más, como consecuencia de los menores ingresos y los mayores gastos derivados de la crisis de la pandemia y por la guerra en Ucrania y la subida de precios.
Con esta cifra, la deuda se sitúa en torno al 113% del PIB, tomado el PIB nominal de los últimos cuatro trimestres. Según destacan desde el Ministerio de Asuntos Económicos, los datos provisionales de deuda pública confirman que la ratio sobre el PIB ha continuado moderándose en el mes de mayo en línea con los últimos meses. “El compromiso con la consolidación fiscal y el mayor crecimiento previsto para España por parte de los principales organismos nacionales e internacionales permitirán que la reducción de la ratio deuda/PIB este año sea mayor que la prevista”, aseguran desde el Departamento que dirige Nadia Calviño.
El Gobierno defiende así que España ha cumplido “holgadamente” los objetivos fiscales previstos durante tres años consecutivos y en el Programa de Estabilidad se adelanta a 2024 la reducción del déficit público al 3% y la ratio de deuda pública por debajo del 110% del PIB, unas previsiones avaladas por la Comisión Europea. Ya en 2022 se logró una reducción de la deuda récord de 5 puntos porcentuales en un año, destaca Economía.
Además, el Ejecutivo apunta a que España mantiene la confianza de los mercados e inversores, como se refleja en el mantenimiento de la prima de riesgo en el entorno de los 100 puntos básicos, y un tipo de interés en la deuda a corto plazo similar al de Alemania. El alza mensual de la deuda en mayo se debe principalmente al incremento del endeudamiento del Estado y, en menor medida, al de las comunidades autónomas y ayuntamientos. De su lado, la deuda de Seguridad Social se ha mantenido más o menos estable en el quinto mes del año.
En concreto, en mayo la deuda del Estado se situó en 1,371 billones de euros, también récord histórico, lo que supone un incremento del 1% y 14.840 millones de euros más en solo un mes, mientras que en los últimos doce meses se ha incrementado en un 7,4%.
El aumento del Producto Interior Bruto (PIB) ha favorecido que el ratio entre la deuda pública y el PIB se mantenga en el entorno del 113% en mayo pasado, el mismo porcentaje que un mes antes. Sin embargo, el Banco de España confirma con sus datos sobre la deuda de las Administraciones Públicas que el saldo del pasivo público según el Protocolo de Déficit Excesivo (PDE) se incrementó en 16.000 millones en mayo en relación al mes anterior, un 1% más.
El porcentaje de la deuda pública respecto al PIB se ha moderado gracias a que el PIB ha seguido creciendo (un 0,6% en el primer trimestre y los analistas vaticinan un buen dato también para el segundo trimestre). Es destacable este crecimiento del PIB si se tiene en cuenta la subida de los tipos de interés y la inestabilidad geopolítica.