La empresa estadounidense publicó este sábado sus resultados trimestrales y divulgó que en el tercer trimestre tuvo una pérdida de 12.767 millones, unas cuatro veces superior a la del mismo tramo de 2022, que se explica en la mala marcha de sus inversiones en los últimos meses por los vaivenes del mercado. En ese periodo, las inversiones de Berkshire Hathaway perdieron unos 23.000 millones -su mayor apuesta es Apple, que cayó un 12 % en bolsa- mientras que las ganancias operativas fueron de casi 11.000 millones, lo que dio lugar a esa cifra negativa. Los medios señalaban que la liquidez de la empresa ha ascendido a un récord de 157.000 millones, superando la cantidad histórica registrada hace dos años; la mayor parte la alberga en bonos del Tesoro estadounidenses.
De hecho, la firma indicó que en el tercer trimestre sus ingresos por intereses se incrementaron en 1.300 millones, «principalmente por los incrementos en los tipos de interés a corto plazo». «Seguimos teniendo balances sustanciales de efectivo, equivalentes de efectivo, bonos del Tesoro y otras inversiones con vencimientos relativamente cortos. Seguimos creyendo que tener una liquidez amplia es clave e insistimos en la seguridad por encima del rendimiento con respecto a las inversores a corto plazo», señala el comunicado.
Las cuentas de la firma de Buffett son desde 2018 especialmente volátiles por una norma contable que entró en vigor entonces y que obliga a incluir el cambio de valor de acciones que tiene en su poder, lo que dada su enorme cartera provoca grandes movimientos en función del rumbo de los mercados. El comunicado repite, en ese sentido, una habitual advertencia: «El importe de las ganancias/pérdidas de las inversiones en un trimestre determinado suele carecer de sentido y arroja cifras de beneficios (pérdidas) netos por acción que pueden resultar muy engañosas para los inversores con escaso o nulo conocimiento de las normas contables».