De acuerdo con los datos del Índice de Precios Industriales (IPRI), la industria alimentaria encadena ya 18 meses consecutivos amortiguando la subida de precios, que durante 2022 y 2023 estuvieron aumentando a doble dígito. El pico se produjo entre septiembre de 2022 y febrero de 2023, cuando los precios industriales de la alimentación subieron por primera vez desde que hay registros por encima del 20% ante el fuerte encarecimiento de los costes y los problemas en la cadena de suministro.
La distribución lleva desde hace tiempo reclamando a la industria una contención de precios con el objetivo de impulsar el consumo y ante el miedo, sobre todo, a que se produzca un repunte de la inflación, teniendo en cuenta que los mercados internacionales reflejan el encarecimiento de una gran variedad de productos agrícolas y ganaderos. El índice especializado de materias primas agrícolas que recoge Bloomberg sube un 10% en los últimos tres meses, mientras la FAO, la agencia de Naciones Unidas para la alimentación, señala en su último informe que la carne y los aceites están registrando un aumento de precios a nivel mundial.
En España, los precios de los alimentos y bebidas no alcohólicas subieron en abril cuatro décimas más que en el mes anterior debido, fundamentalmente, al encarecimiento de frutas, legumbres y hortalizas. Con una gran diferencia, el producto de la cesta de la compra que más ha subido de precio en el último ha sido el aceite de oliva, con un aumento del 68,1%, lo que implica que ha triplicado su coste en los últimos tres años. Ante esta situación, las empresas de supermercados han ido incluso un paso más allá este año, retirando incluso de sus lineales a las empresas que se han negado a un recorte de sus márgenes para reducir precios. Promarca, la asociación que defiende a los grandes fabricantes, denuncia en este sentido que los supermercados pretenden expulsarles del mercado con la retirada de 3.666 referencias entre las seis grandes cadenas –Mercadona, Carrefour, Lidl, Eroski, Dia y Alcampo– en los últimos seis años, mientras que aumentaban las suyas en 1.818.
Tan solo en lo que va de año, Carrefour ha expulsado a los productos del grupo Pepsico, acusándole de una subida injustificable de los precios; Dia ha sacado de sus tiendas a Bimbo y Mercadona ha retirado a Leche Pascual. Ignacio Larracoechea, presidente de Promarca, ha denunciado que «se trata de un fenómeno generalizado» y que la distribución trata de «aplicar márgenes comerciales superiores a los competidores, les niega el acceso a los consumidores, con el consiguiente descenso en la variedad del mercado e impide que el consumidor pueda adquirir productos innovadores».
Para la distribución resulta fundamental, no obstante, el crecimiento en volumen y no tanto en valor, sobre todo porque este ha ido parejo a una subida de los costes que ha mermado sus márgenes de beneficio. En 2021 las ventas en volumen se hundieron un 2,8%, en 2022 cayeron un 0,7% y en 2023 permanecieron estancadas, con una subida de apenas el 0,9% gracias a la ligera recuperación registrada en diciembre. En el Barómetro del Gasto en Retail, que se elabora de forma trimestral fruto del análisis conjunto de las firmas NIQ y GfK, se explica que «después de unos años convulsos para el mercado de gran consumo, en los que los precios se situaron muy por encima del IPC general, el comportamiento del primer trimestre de 2024 ha recogido la tendencia de moderación de la inflación alimentaria, que vuelve rápidamente hacia niveles más habituales».