Sin embargo, ese mismo hecho de llegar al poder les ha creado una enorme dificultad para comunicarse con sus bases y mantener el poder, entre otras cosas porque no es lo mismo predicar que dar trigo y a la hora de la verdad esos mismos luchadores de clase prefieren el calor de la calefacción que el frio de la calle,
Así las cosas, hoy se da la paradoja de que la izquierda asentada en el poder se queja de que la derecha le azuza las calles, les moviliza al personal y por tanto advierten con una tremenda cara de enfado que so no esta bien, que no es de recibo en una democracia. Como remedio, y para no escuchar una vez mas los abucheos de sus contrarios el presidente del Ejecutivo en funciones ha trasladado el punto de celebración de la parada militar del día del Pilar a una plaza, la de Neptuno en la que es muy difícil hacerse oír, o por lo menos es mucho mas incomodo que en el habitual emplazamiento Castellana arriba.
Se podar buscar todo tipo de disculpas al traslado, pero no deja de ser un síntoma mas de lo molesto que se siente el líder socialista cuando tiene que bajarse del coche oficial y pisar la calle como un ciudadano mas.
Lo bueno del caso es que admitir esa situación es uno de los pocos puntos débiles que se le conocen al orgulloso y pretencioso líder y ara muchos expertos es la primera demostración que su capacidad de convocatoria empieza a menguar. Si en las próximas semanas, no logra cerrar un acuerdo que le permita gobernar la situación será casi limite y la reelección se le complicara.
Otra cosa es que esa opción sea viable cuando se sabe que esta dispuesto a vender, cualquier cosa hasta a la propia Monarquía con tal de permanecer unos años mas en La Moncloa