Desde que ambas empresas uniesen fuerzas en septiembre del pasado año, han conseguido mejorar la gestión del excedente y generar un ahorro de más de 54.000€, suponiendo un impacto económico muy positivo para La Menorquina y alcanzando un retorno del 188% sobre la inversión en los servicios de Phenix.
Y es que ha logrado reducir su desperdicio de alimentos en un 95%. Así, se han salvado hasta 65 toneladas de alimentos que, en lugar de ser destruidos, fueron distribuidos a entidades sociales.
El desperdicio alimentario es uno de los temas claves de la responsabilidad social de las empresas del sector agroalimentario. Invertir en su reducción no es solo una responsabilidad ética y social, sino también una obligación legal, especialmente con la reciente presentación por parte del Gobierno del proyecto de Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario.
En este contexto, la asociación de La Menorquina con Phenix nació con el objetivo de comprender y cumplir con las regulaciones sobre el desperdicio alimentario (en particular, lo que se refiere a la jerarquía de prioridades que posiciona la donación de alimentos para consumo humano como la primera opción), así como desarrollar soluciones que minimicenlos costes asociados a la gestión de los excedentes de producción, como almacenamiento y energía, entre otros).
En solo 6 meses, La Menorquina ha salvado el equivalente de 129.000 raciones de comida, mediante donaciones a 18 asociaciones de sus productos excedentarios tanto de marca propia como de marcas de distribuidores. En concreto, la empresa barcelonesa ha logrado aumentar la proporción de su producto final no vendido que dona a entidades sociales, pasando del 2 % en 2022 al 95 % en la actualidad. Gracias a las soluciones y nuevos procesos de trabajo implantados por Phenix, el valor total de donaciones asciende a 342.000€.
El desperdicio alimentario supone también un desafío con implicaciones climáticas y medioambientales ya que con los alimentos tiramos también los recursos necesarios a su producción (energía, agua…). Con estos seis meses de trabajo, junto a Phenix, se ha conseguido evitar la emisión de más de 290 toneladas de CO2, es decir la cantidad de CO2 necesaria para la producción de todos los alimentos donados.