Se publicó por primera vez en 1972 y fue pronto llevada al cine. En aquellos momentos se consideró que era una película demasiado larga, como lo es la novela, que se salvaba por calidad de los autores.
La acción transcurre en Turín en esos mismos años 70 y desde el primer momento se la vio como una crítica mordaz pero refinada y chispeante de la alta sociedad, burguesa, de esa ciudad. El argumento es muy sencillo, se trata de un asesinato inicial de un arquitecto, Garrone, que hacía años que no construia nada, vive con su madre y su hermana, pero tiene un estudio que es donde pasa la mayor parte del tiempo, está relacionado con la alta burguesía, pero no está claro que es lo que hace, al final se verá que sus actividades eran marginales.
El inspector que tiene que investigar la muerte, recibe a una pareja de sirvientes que les han echado del trabajo en casa de Anna Carla, mujer casada con una niña y muy conocida en la alta sociedad, y le entregan el borrador de una carta que implicaría tanto a Anna Carla, como a su amigo Massimo, otro personaje que pretende que se oculte su homosexualidad y que tiene como amante a Lello. Mientras que Massimo no quiere colaborar con la policía, si lo hace Anna Carla que no quiere verse implicada, más tarde también Lello investigará por su cuenta.
Poco a poco se van descubriendo los negocios turbios en los que están implicados los personajes y que desmadejándolos se descubrirá la razón de ser de los asesinatos.
El estilo es culto, pero barroco, con muchos saltos, interrupciones y detalles que no dejan centrarse suficientemente en la acción principal y que muchas veces en párrafos excesivamente largos se describen detalles muy colaterales. Los personajes están muy bien diseñados, son caracteres muy italianos, reflejando muy bien la situación de un cierto sector de la sociedad.
En su conjunto hay que calificarla como una buena novela que excede el ámbito puramente policiaco, estando a caballo con una novela costumbrista y social.
La mujer del domingo
Franco Lucentini y Carlo Fruttero
Siruela (2024)
525 págs.