En Francia, la producción de cereales ha sido la más afectada por el tiempo cálido y seco, seguida de la de frutas y hortalizas. La ganadería se ha visto afectada por el menor rendimiento lechero, ya que los campos resecos producen menos hierba. Muchos ganaderos han suspendido la cría. Estas difíciles condiciones climáticas repercuten en el volumen y la calidad de las cosechas, lo que provoca posibles cuellos de botella en la cadena de suministro y precios más altos. La industria alimentaria también se vio afectada por el aumento de los costes de las materias primas, el transporte y la energía en 2022, lo que provocó un incremento de las insolvencias en toda la cadena de suministro y en los precios de los alimentos. Los grandes productores franceses enfrentan ahora a la presión gubernamental para reducir los costes para los consumidores. Crédito y Caución prevé un aumento de la morosidad y de las insolvencias en 2023 en el sector agrícola y alimentario francés.
En España, 2022 fue un año difícil para el sector alimentario incluso antes de la reciente sequía. Las subidas de los precios de los fertilizantes, los pesticidas y la energía ya estaban afectando a los márgenes y dejando a los agricultores en una posición vulnerable. La sequía afecta tanto a la ganadería como a la agricultura, y los cultivos de girasol, almendros y olivos están especialmente afectados. Se prevén problemas de abastecimiento y subidas de precios y es probable que crezcan las insolvencias. «No se pueden descartar retrasos en los pagos ni insolvencias de las empresas afectadas», afirma Cainzos, coordinadora de Grandes Riesgos en España para el sector de alimentación. «Cualquier incremento se concentraría probablemente en las empresas con estructuras financieras más débiles, y especialmente en las más pequeñas y menos diversificadas».
Italia se ha visto azotada por ambos extremos del espectro meteorológico. A la peor sequía de los últimos 70 años se unen las lluvias excepcionales que provocaron graves inundaciones en la región de Emilia-Romaña, responsable del 28% de la producción italiana de azúcar y del 13% de la de trigo. También es un importante productor de patatas, frutas, uvas y legumbres. Inevitablemente, las inundaciones provocarán una subida de los precios de doble dígito. Por ahora, no se detecta un aumento en el número de empresas que no puede atender pedidos o efectuar sus pagos. En el pasado, otros sucesos similares, como los terremotos, no provocaron un aumento significativo de las insolvencias. El apoyo estatal es crucial en este sentido.
De cara al futuro las industrias agroalimentarias del sur de Europa necesitarán implementar estrategias coherentes contra fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes que requerirán importantes inversiones para incrementar la resiliencia ante el cambio. En Italia, las fugas en las tuberías, que afectan a más del 40% del agua que entra en el sistema, son un grave problema. En Francia se han propuesto varias medidas, desde la diversificación hacia cultivos más resistentes a la sequía hasta el desarrollo de sistemas más eficientes de recogida de agua y riego. España está invirtiendo en plantas desalinizadoras que funcionan con energía solar para paliar la escasez de agua, y el foco se ha colocado sobre la gestión del agua.