Las noticias macroeconómicas procedentes de EE.UU. se han vuelto algo más negativas últimamente, lo que ha estrechado ligeramente la brecha entre la mayor economía del mundo y las europeas. Las cifras del PMI de febrero, en particular, fueron más débiles de lo esperado en EE.UU., y más o menos lo se esperaba en la eurozona y el Reino Unido. Como venimos diciendo desde hace meses, los niveles actuales del dólar reflejan la divergencia económica extrema y/o el riesgo arancelario, y son susceptibles de correcciones considerables si cualquiera de esos factores resulta ser menos determinante de lo esperado.
Las preocupaciones arancelarias parecen estar en un segundo plano, por ahora, aunque eso puede cambiar en cualquier momento. Esta semana se publicarán pocos datos económicos, con el informe de índice de precios PCE de enero en EE.UU. este viernes como principal protagonista. Habrá muchos discursos de bancos centrales importantes a lo largo de la semana, así como las actas de la última reunión del BCE, que se publicarán el jueves. Además de los titulares sobre los aranceles, las consecuencias políticas de la ruptura del entramado de seguridad europeo por parte de Trump y las elecciones alemanas probablemente tengan un impacto equivalente o superior a las publicaciones económicas, por el momento.
EUR
Aunque el PMI en Europa no quedó tan por debajo de las expectativas como el de EE.UU., la cifra fue decepcionante. El índice compuesto se situó en 50,2, por debajo de 50,5 y rompiendo una racha de cuatro meses de mejora. Sigue encontrándose en zona de expansión económica, pero por un margen estrecho, y los datos no servirán para despejar las preocupaciones sobre otro período prolongado de estancamiento, teniendo en cuenta que los aranceles de Trump son una amenaza constante.
Hasta ahora, la moneda común ha resistido a la amenaza que supone para la seguridad europea el aparente acercamiento de Trump hacia Rusia, que aumenta las preocupaciones a largo plazo. Como siempre, la pregunta clave es cuánto de todo esto ya ha sido descontado por los fuertes niveles del dólar; y creemos que prácticamente todo. Además de las actas de la última reunión del Consejo de Gobierno, el discurso de Schnabel, miembro del BCE, podría ser clave el martes. Las consecuencias de los resultados de las elecciones alemanas también podrían ser importantes para la moneda común: el euro ha recibido un pequeño impulso hasta ahora, ya que parece que la CDU/CSU podrá formar una coalición con el SPD sin el apoyo de un tercer partido.
GBP
La serie de noticias económicas que nos llegaron del Reino Unido la semana pasada mostró un tono claramente positivo. El informe de enero sobre el mercado laboral mostró un nuevo repunte del crecimiento salarial, mientras que las últimas cifras de ventas al por menor sorprendieron significativamente al alza, apuntando a una resistencia de la demanda interna mucho mayor de lo que se había previsto. Los índices PMI de actividad empresarial fueron más o menos los que se esperaban, y el índice compuesto siguió mostrando niveles positivos, aunque relativamente modestos, de crecimiento de la economía.
Otra cifra de inflación superior a la prevista también sirvió para respaldar a la libra esterlina, ya que hace más difícil justificar nuevos recortes en los tipos de interés por parte del Banco de Inglaterra. Mientras que dos miembros del MPC, Dhingra y Mann, están claramente a favor de un ritmo más agresivo de flexibilización monetaria, no creemos que sus puntos de vista sean compartidos por la mayoría del comité. Además, la relativa baja exposición del Reino Unido a los aranceles de Trump (Gran Bretaña de hecho tiene un déficit comercial de bienes con Estados Unidos) también podría respaldar a la libra en las próximas semanas.
USD
El viernes pasado se publicaron en Estados Unidos unos datos económicos inusualmente malos. La confianza empresarial cayó bruscamente en febrero, mientras que las expectativas de inflación a largo plazo de los consumidores subieron a su nivel más alto en 30 años. Esperaremos a la publicación de las solicitudes semanales de subsidios por desempleo y al informe de nóminas de febrero dentro de dos semanas para confirmar esta tendencia de debilitamiento. Sin embargo, por ahora estos datos han bastado para mantener al dólar ligeramente a la baja, a pesar del significativo aumento de los riesgos geopolíticos.
Con pocas noticias macroeconómicas o políticas para guiar a los mercados de divisas, prestaremos especial atención a cualquier novedad sobre aranceles o a una aclaración de la postura de EE. UU. con respecto a la seguridad europea en la próxima semana. Como siempre, los funcionarios del FOMC seguirán de cerca las cifras de inflación del índice PCE que se publicarán el viernes en Estados Unidos. Tras las decepcionantes cifras del PMI de la semana pasada, los mercados vuelven a apostar por dos recortes de los tipos de interés por parte de la Fed este año, en lugar de uno solo, pero es probable que esta postura se ponga en cuestión esta semana.
JPY
El yen fue el gran ganador en el G10 la semana pasada, con la moneda japonesa al alza por el aumento de las expectativas a favor de la subida de tipos del Banco de Japón. Shirai, antiguo miembro del Banco de Japón, advirtió la semana pasada de que el banco central podría subir los tipos en su reunión de marzo si el presidente de EE.UU., Trump, sigue adelante con sus planes arancelarios, mientras que un antiguo diplomático de alto rango dijo que el banco podría subir los tipos en dos ocasiones este año.
La especulación a favor de una política monetaria más restrictiva se vio respaldada por los datos de inflación nacional del jueves. La tasa de inflación anual no sólo se disparó hasta el 4%, el nivel más alto en dos años (dos veces el objetivo del Banco de Japón), sino que el crecimiento de los precios subyacentes se elevó por encima de las previsiones hasta el 3,2%, su nivel más alto desde junio de 2023. En el momento de redactar este informe, los swaps prevén subidas de alrededor de 35 puntos básicos por parte del Banco de Japón este año. En todo caso, creemos que se trata de una previsión demasiado conservadora.
CNY
A pesar de todos los temores sobre las divisas asiáticas bajo el segundo mandato de Trump, las divisas de la región no lo han sufrido demasiado hasta ahora, con una caída media de aproximadamente el 2% desde las elecciones estadounidenses. La semana pasada, la mayoría de las divisas asiáticas se situaron en la mitad superior del cuadro de rendimiento de los mercados emergentes, y el yuan no fue una excepción. Gran parte de esta resistencia parece deberse a la relativa indulgencia de la administración Trump hacia China hasta el momento. De hecho, el presidente estadounidense insinuó un posible acuerdo comercial con el país la semana pasada, aunque en un comentario improvisado. También sospechamos que la retirada de EE. UU. de varias organizaciones internacionales y la congelación temporal de la mayor parte de la ayuda exterior, así como la mano dura que está mostrando hacia sus aliados, podrían crear nuevas oportunidades para la mayor economía de Asia.
El calendario económico de esta semana está relativamente poco cargado, con los datos del índice PMI de la Oficina Nacional de Estadísticas (NBS) del sábado de febrero como única lectura macroeconómica relevante. El tipo del FML también se anunciará en los próximos días, pero no se esperan cambios: es probable que las autoridades esperen un poco más de claridad sobre los aranceles antes de emprender cualquier ajuste significativo de la política. La semana pasada no se modificaron los tipos de interés a largo plazo.