El BCE ha subido los tipos un total de 375 puntos básicos en el último año con la esperanza de controlar la inflación, tras lo cual los inversores esperan otras dos pequeñas subidas en julio, ya que el crecimiento de los precios al consumo aún podría tardar años en volver al objetivo del 2% del banco central. «Dada la actual escasez de trabajadores, cabe esperar que la transmisión de la política monetaria sea más débil de lo habitual», afirmó Schnabel en un artículo publicado el miércoles en el diario belga De Tijd.
Schnabel añadió que los préstamos con intereses a plazo fijo también se han vuelto más frecuentes, por lo que puede llevar más tiempo que antes ver el impacto de una política monetaria más restrictiva, ya que los plazos de los préstamos se revalorizan a lo largo de varios años.
«Dada la elevada incertidumbre sobre la persistencia de la inflación, los costes de hacer demasiado poco siguen siendo mayores que los de hacer demasiado», afirmó Schnabel, responsable de las operaciones de mercado del BCE.
Schnabel restó importancia a la reciente caída de la inflación subyacente, argumentando que incluso una mayor caída en el indicador no sería «suficiente para declarar la victoria», ya que buscaba pruebas más convincentes de que el crecimiento de los precios descenderá al 2% de forma oportuna. También restó valor a las propias proyecciones del BCE, argumentando que las estimaciones puntuales son engañosas, ya que ese tipo de precisión no es posible.
«En lugar de explicar constantemente la inexactitud de las proyecciones, sería mejor para nuestra credibilidad que las publicáramos con bandas de confianza», dijo. «La transparencia reforzará nuestra credibilidad, aunque no niego que es un reto comunicar con claridad sobre este tema».