El trabajo sugiere igualmente que, a medida que los consumidores y las empresas adopten nuevos sistemas de pago digitales, este crecimiento se acelerará hasta alcanzar los 2,3 billones en 2027, a un ritmo del 15% anual. A nivel regional, los pagos digitales crecerán un 19,8% en Asia-Pacífico, un 10,7% en Europa y un 6,5% en Norteamérica de aquí a 2027.
El informe subraya que la expansión de la infraestructura de pagos digitales, la normativa y la banca abierta están cambiando rápidamente la forma en que los clientes y las empresas pagan por bienes y servicios. Y apunta que los nuevos métodos de pago (pagos instantáneos, dinero electrónico, monederos digitales, pagos entre cuentas y códigos QR) representarán casi el 30% del volumen total, mientras que los pagos tradicionales no monetarios (cheques, domiciliaciones bancarias, tarjetas y transferencias de crédito) se reducirán a casi el 70% del volumen total de transacciones no monetarias.
El informe destaca que más de la mitad de los tesoreros de empresa creen que la creciente globalización del comercio y las continuas interrupciones de la cadena de suministro han impulsado la demanda de servicios de gestión de efectivo (CMS) eficaces y eficientes. Otro tercio afirma que la evolución de los riesgos (geopolíticos y de ciberseguridad) hace que los CMS sean clave, mientras casi el 30% señala a la creciente inflación como causa para necesitar una mejor gestión del efectivo.
“Las ofertas actuales de CMS decepcionan en gran medida a las multinacionales, a pesar de tener más de 27 relaciones bancarias de media para satisfacer las necesidades de tesorería”, resalta el informe. Este revela que más del 70% de los directivos afirma que se enfrenta a problemas de negligencia en los litigios, evaluación deficiente del riesgo crediticio y retrasos o duplicidad en el procesamiento de pagos. Y apunta que la solución “está clara”, pues el 63% de ejecutivos bancarios menciona las barreras de las infraestructuras heredadas como el mayor obstáculo para proporcionar un CMS eficiente.
“El modelo actual utilizado para abordar los servicios de gestión de efectivo necesita una revisión. Los ejecutivos de las empresas están sintiendo la presión de las crecientes ineficiencias a través de largos ciclos de conversión de efectivo”, dice Jeroen Hölscher, director global de Servicios de Pagos de Capgemini. “Una base digital sólida es el camino a seguir para optimizar la cadena de valor”, remarca.
El informe arroja más datos, como que el 63% de los clientes corporativos exige a sus bancos una experiencia de pago similar a la de los comercios en 2023. El sector de los pagos, señala, ha estado a la vanguardia de la digitalización, pero está teniendo que afrontar un coste derivado del cumplimiento de la normativa local, regional e internacional (incluidas las iniciativas de pagos globales ISO20022 y SWIFT), que deja un margen limitado para invertir en innovación futura.
“Los ejecutivos bancarios consideran que casi el 80% de las fuentes tradicionales de ingresos por pagos está bajo presión y que los proveedores de servicios deben reequilibrar su enfoque entre los pagos minoristas y los comerciales”, revela el estudio. A escala mundial, más del 50% de los ejecutivos bancarios cree que los pagos comerciales ofrecen un mayor potencial de beneficios en comparación con los pagos minoristas.
El informe indica igualmente que la transformación digital en la banca transaccional demanda un compromiso desde la dirección, una planificación cohesionada y un propósito unificado para las reformas estructurales. El 67% de los ejecutivos bancarios reconoce que asociarse estratégicamente con clientes corporativos reduce la amenaza de desintermediación por parte de fintechs y paytechs.
El 57% de estos ejecutivos también señala que los socios bancarios estratégicos disfrutan de mayores oportunidades de ventas cruzadas y ascendentes debido a estas relaciones. Para fomentar esas relaciones estratégicas, el informe ofrece a los bancos y empresas de pagos una estrategia de tres niveles: simplificar el back office (para permitir la innovación y la agilidad), actuar con plataformas (para impulsar la eficiencia de la gestión de efectivo) y comprometerse con los clientes corporativos como socios estratégicos, no como proveedores de servicios.