No es únicamente un ejercicio de balance; es una oportunidad para mirar a los ojos a quienes hacen posible que esta región mantenga un pulso empresarial pujante, competitivo y dinámico. Con esa convicción celebramos, en nuestra sede del Palacio de Santoña, nuestro tradicional Encuentro de Navidad del Club Cámara Madrid, un encuentro que refleja mejor que ningún otro la energía, la diversidad y la proyección internacional del tejido empresarial madrileño.
Este año, además, contamos con la presencia de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, cuya asistencia subraya la estrecha colaboración público-privada que caracteriza a nuestra región. La Comunidad de Madrid ha demostrado, con hechos, que un marco estable, abierto y orientado a la libertad económica genera no solo crecimiento, sino confianza. Y esa confianza, más que nunca, es un activo estratégico.
Vivimos tiempos de transformación acelerada: tensiones geopolíticas que reordenan cadenas de suministro, un proceso de transición energética que define nuevas reglas de competitividad, la revolución digital que altera industrias enteras y, por supuesto, la irrupción imparable de la inteligencia artificial. En este contexto global incierto, Madrid no se limita a resistir; avanza, impulsa y lidera. Estamos, sin duda, en la era de Madrid: una etapa en la que la región consolida su posición como uno de los grandes polos europeos de innovación, emprendimiento, inversión y calidad de vida.
Los datos así lo confirman. La economía madrileña sigue creciendo por encima de la media española por quinto año consecutivo, atrae 7 de cada 10 euros de la inversión internacional que llega a España y el PIB de la Comunidad representa cerca del 20 % del total nacional. En Madrid se crea una de cada cuatro empresas y uno de cada cinco empleos de los que se generan en el conjunto de España.
Nada de esto ocurre por azar. Responde a un modelo económico coherente, a una administración que genera certidumbre, a un ecosistema empresarial dinámico, y a infraestructuras, talento y capital humano que sitúan a Madrid en el mapa global de oportunidades. Por eso, hoy más que nunca, Madrid es sinónimo de confianza.
Pero esta historia no la escriben solo las grandes cifras. La escriben empresarios, directivos, emprendedores y profesionales, como los socios del Club Cámara, que cada día promueven proyectos, generan empleo y construyen futuro. Dirigir una empresa es complejo y, al mismo tiempo, tan trascendental. A la capacidad de generar resultados se suma la exigencia de liderar con integridad, visión, sostenibilidad y responsabilidad social, como las compañías madrileñas, que apuestan por la digitalización, por el talento joven, por la cooperación entre empresas, por la transición sostenible y por un modelo que pone en el centro a las personas.
En este sentido, quiero detenerme en algo que considero destacable: el compromiso de los socios del Club Cámara Madrid. Ser miembro de esta comunidad significa apostar por una forma de entender la empresa que trasciende lo estrictamente económico. Significa creer en el valor de la colaboración frente al aislamiento, en la fuerza del conocimiento compartido y en la importancia de construir redes sólidas de confianza. Nuestros socios no solo participan; se implican, aportan y contribuyen a que este Club sea un espacio único de encuentro empresarial en España. Gracias a ellos, el Club Cámara se ha consolidado como un punto de referencia donde se generan oportunidades reales, donde surgen alianzas estratégicas y donde cada empresa, grande o pequeña, encuentra acompañamiento, visibilidad, conexiones y soporte para dar el siguiente paso. Su compromiso es, sin duda, uno de los mayores activos que tenemos.
La Cámara de Comercio de Madrid, que cada año acompaña a más de 50.000 empresas, trabaja precisamente para reforzar ese esfuerzo colectivo. Identificamos oportunidades, impulsamos formación, facilitamos internacionalización, conectamos empresas y generamos espacios de colaboración que fortalecen a nuestro tejido productivo. Y dentro de la institución, el Club Cámara Madrid representa uno de nuestros principales pilares: una comunidad viva, influyente y plural, que crece gracias al compromiso de sus socios y que convierte cada encuentro en una oportunidad para crear valor compartido.
A lo largo de 2025, el Club Cámara ha ampliado su actividad, sus alianzas y sus programas de acompañamiento. Y lo ha hecho con una idea clara: la competitividad del futuro se construye desde la conexión, la colaboración y la capacidad de anticipar desafíos. Por eso, al mirar hacia 2026, vemos un año lleno de oportunidades. Nuestro propósito es reforzar lo que ya nos une y ampliar aún más los espacios de encuentro que permiten a las empresas madrileñas competir mejor, innovar más y crecer con ambición y seguridad.
Queremos estar a su lado en retos que de verdad importan: acelerar la digitalización, fomentar la adopción de tecnologías emergentes, abrir mercados internacionales, atraer y retener talento, impulsar la sostenibilidad como ventaja competitiva y consolidar modelos más resilientes ante los cambios que ya asoman en el horizonte.
Al final, ningún éxito empresarial es individual. Detrás de cada logro hay equipos que se esfuerzan, familias que acompañan, personas que creen en un proyecto y lo sostienen incluso en los momentos más exigentes. A todos ellos, también, va dirigido nuestro agradecimiento. Porque construir una región próspera no es una tarea aislada; es un esfuerzo compartido. El Encuentro de Navidad es, por ello, mucho más que una celebración. Es un acto de reconocimiento a una comunidad empresarial que ha demostrado fortaleza, creatividad y compromiso. Y es, también, una invitación a seguir creyendo en Madrid, en sus empresas y en el futuro que estamos construyendo juntos.
Brindamos, como es tradición, por un 2026 lleno de proyectos, alianzas y éxitos compartidos. Porque si algo define a esta región y a nuestros socios es su capacidad para convertir cada desafío en una oportunidad.
