Nuestra comunidad ha consolidado en los últimos años como una región con una posición de liderazgo en el mapa económico europeo. Concentra uno de cada cuatro euros de la inversión extranjera que llega a España, y siete de cada diez tienen a la comunidad madrileña como punto de entrada. Este dato refleja una realidad incontestable, pero Madrid no compite únicamente en el marco nacional, sino que lo hace en la liga de las grandes capitales europeas, de Londres a París o Berlín.
Las razones de este éxito no son coyunturales, sino estructurales, y, como suelo decir, no son fruto de la casualidad sino de la causalidad. Nuestra región ofrece seguridad jurídica, estabilidad institucional, un sistema fiscal competitivo, infraestructuras de referencia y un ecosistema empresarial dinámico y abierto. A ello se suma un capital humano altamente cualificado y un entorno cultural y social que sitúan a nuestra ciudad entre las más atractivas del mundo para vivir, trabajar e invertir. La inversión no es solo cifras, es confianza. Y Madrid hoy es confianza.
Y no se trata únicamente de volumen, sino de calidad de la inversión. Como pondremos de manifiesto en el Madrid Investment Forum 2025 esta semana —en el que la Cámara de Comercio de Madrid participa como patrocinador—, nuestra comunidad atrae proyectos con alto valor añadido, que generan empleo, impulsan la innovación y abren nuevos mercados para nuestras empresas. Cada vez más, hablamos además de inversión con impacto: capital que busca rentabilidad, pero también sostenibilidad, digitalización e inclusión. Nuestra comunidad se está consolidando como un laboratorio de soluciones verdes y tecnológicas que después se escalan a nivel europeo y global.
La inversión, sin embargo, solo puede desplegar todo su potencial si va acompañada de talento. Y ahí Madrid también ha dado pasos decisivos. Esta semana inauguramos la quinta edición de nuestro Programa de Técnicos de Comercio Exterior, impulsado junto a la Comunidad de Madrid. Se trata de una iniciativa pionera que en apenas cinco años ha formado a centenares de jóvenes, de los cuales más del 85% ha encontrado empleo en los seis primeros meses tras finalizar su estancia internacional. Muchos de ellos ya trabajan en sectores estratégicos vinculados a la internacionalización, aportando valor tanto a grandes compañías como a pymes exportadoras.
Este programa ejemplifica la lógica que debe guiar nuestra estrategia de futuro: la inversión en talento es inversión en competitividad. Madrid necesita empresas con visión global, y esas empresas requieren profesionales preparados para abrir mercados, diversificar clientes y posicionar a nuestra economía en un contexto internacional cada vez más exigente.
La conclusión es clara: la combinación de inversión extranjera de calidad y talento competitivo convierte a Madrid en un hub global de referencia. Desde la Cámara de Comercio de Madrid reafirmamos nuestro compromiso de trabajar, en colaboración público-privada con las instituciones y las empresas, para que esta posición de liderazgo no solo se mantenga, sino que se refuerce en los próximos años.
Madrid no es únicamente el lugar donde invertir. Madrid es el lugar donde invertir significa transformar, innovar y generar oportunidades de futuro compartido