El regidor madrileño ha afirmado que el líder del Ejecutivo no cree realmente que Israel esté cometiendo un genocidio, sino que ve en la crisis una “ventana de oportunidad política”. Unas declaraciones que han surgido durante una extensa conversación con el comunicador Alberto Herrera, en la que la política internacional acabó por centrar el debate.
Al ser preguntado Martínez-Almeida por el reciente informe de una comisión de la ONU que acusa a Israel de perpetrar un genocidio en Gaza, el alcalde comenzó expresando su pesar por “lo que está pasando en Gaza” y condenando “todas aquellas actuaciones que conducen precisamente a aquellas víctimas civiles inocentes”. No obstante, hizo hincapié en que su condena es equitativa: “lo condeno tanto cuando se produce por el gobierno de Israel como cuando se produce por una banda terrorista como es Hamás”. En este punto, ha criticado amargamente la omisión generalizada del papel del grupo terrorista en el conflicto, arguyendo que “Hamás es una banda terrorista que tiene un gobierno, que es el gobierno de Gaza, que es quien provocó los atentados y por tanto que es quien tiene la solución más directa para concluir con el conflicto”.
Pero el núcleo de su argumentación, y lo que constituye la declaración de mayor calado político, fue su análisis de la postura del presidente Sánchez. Martínez-Almeida fue contundente al desgranar lo que él percibe como una maniobra de cálculo: “Para usar el término genocidio primero hay que creérselo y no que sea una simple ventana de oportunidad política”. Se refirió específicamente a la declaración institucional convocada por el presidente la semana pasada, en la que por primera vez se utilizó el término genocidio y se decretó un embargo de armas. Sin embargo, el alcalde destacó la incongruencia entre las palabras y los hechos: “Ese embargo de armas ni lo acordó al Consejo de Ministros de la semana pasada, ni lo va a acordar en el Consejo de Ministros de esta semana”.
A partir de esta falta de acción concreta, Martínez-Almeida edificó su crítica principal: “Yo le niego al presidente del gobierno y lo digo abiertamente, que él piense de forma sincera que hay un genocidio. Él lo que piensa es que hay una oportunidad política”. El regidor madrileño insistió en que las fuentes del gobierno, lejos de mostrar horror humanitario, transmiten una valoración de oportunidad: “Las fuentes del gobierno no están diciendo qué horror lo que está pasando en Gaza, sino que están manteniendo qué beneficioso es para nosotros esta posición política que estamos manteniendo”. Tildó esta actitud de “falta de humanidad” y “crueldad”, por “tratar de aprovechar esto como una oportunidad política y no solucionar una crisis tan dantesca y tan dramática”.
La entrevista, no obstante, alcanzó uno de sus momentos de mayor impacto cuando Martínez-Almeida, para evidenciar lo que él considera una hipocresía profunda del Ejecutivo, desvió el foco hacia la relación económica con Rusia. En un giro argumental demoledor, expuso: “A Rusia le hemos comprado 10.000 millones de euros en gas en los últimos 3 años el gobierno de Pedro Sánchez. El gobierno de Pedro Sánchez le ha comprado 10.000 millones de euros en gas ruso”.
Acto seguido, lanzó la pregunta retórica que resuena con fuerza en el debate político: “Esos 10.000 millones de euros probablemente han ido a pagar la invasión y los costes de la invasión de Ucrania, pero sin embargo debe ser que el gas ruso tiene más importancia que el embargo de armas a Israel”.
Esta comparación directa entre la financiación indirecta de la guerra de Ucrania a través del gas y la reticencia a un embargo real de armas a Israel sitúa al Gobierno en una posición incómoda, obligándole a una reflexión sobre la coherencia de sus alianzas y sus sanciones. El alcalde no solo cuestiona la sinceridad de la postura sobre Gaza, sino que señala una potencial contradicción moral y estratégica de enorme calado.
Para Martínez-Almeida, la estrategia de Sánchez conlleva además un riesgo interno tangible: el aumento del antisemitismo. Aportó datos oficiales para sostener su argumento: “El delito de odio que más ha aumentado España en el año 2024 y estas son estadísticas del Ministerio del Interior y el antisemitismo. Es el delito de odio que más ha aumentado en España en el año 2024”. Advirtió de que “la crítica legítima al gobierno de Israel debería saber que también puede derivar en consecuencias indeseables para los judíos”, insinuando que la retórica gubernamental podría estar alimentando involuntariamente este clima de odio.