Y lo que decimos no es una invención o una ficción fruto de un a copas de vino, sino el resumen de toda una historia profesional de dos hermanos que poco a poco han iniciado su especial aventura creativa metidos entre fogones y con ganas de triunfar en Madrid, después de tener que abandonar su Cádiz natal para hacerse un hueco entre los jóvenes triunfadores en ese mundo tan complicado como el de gastronomía, aportando su peculiar modo de entender la cocina y no otra cosa.
Y es que Ricardo y José Manuel, los hermanos Romero se formaron en la Escuela de Hostelería de Conil y es que trabajando en la sala y en el office de un local de su tierra, les picó el gusanillo y decidieron estudiar cocina mientras seguían en la Venta Alegría. Eso sí, pronto se pusieron en los fogones y fue aquí, en esta casa de comidas, donde se empaparon de tradición, de fondos de mucho chup chup, de materia prima, de sencillez y de sabor. Su trayectoria continuó en reconocidos restaurantes del panorama nacional: Aponiente o El Bohío, pero eso no daba para mas, Ricardo lo cuenta no si cierta tristeza: “en mi tierra es muy difícil salir adelante en esta profesión”. La temporada veraniega lo marca todo y el trabajo aparece y desaparece conforme los veraneantes de van de las playas y es imposible subsistir dignamente.
Así que, que n o quedaba mas remedio que buscar sitio en Madrid, San Sebastián, Barcelona, o cualquiera otra plaza en la que se buscasen cocineros, Y lo de la casualidad dejo de ser casual y se convirtió en un trabajo serio en un restaurante de la capital y todo gracias a una conversación informal con un “señor” desconocido que estaba junto a una cola de pretendientes a un puesto de cocinero en un céntrico restaurante del barrio de Salamanca madrileño. Y así empezó este primer tramo de la historia, que solo ha hecho que empezar.
Porque, los hermanos lo tienen claro o al menos eso se deja entrever de una animada conversación son Ricardo. Lo de Colósino y Menudeo es solo el comienzo de un proyecto que ni ellos mismos saben hasta donde puede llegar pero que terminara, casi seguro en un gran restaurante con sede en tierras gaditanas por los llamados pueblos de “ la frontera”, como Chiclana, Vejer, etc. y que nos perdonen por adelantar acontecimientos,
En efecto, la historia de su aventura gastronómico-madrileña arranca en 2013 y hasta hoy han pasado muchas cosas. Lo primero unos cuantos años, no muchos conociendo el “mercado madrileño” o si se quiere ese trasfondo que cualquier profesión requiere dominar si se pretende correr el “riesgo” de un proyecto personal, Pues bien , en este caso fueron nada menos que cinco largos años haciéndose con la experiencia del Madrid gastronómico, las peculiaridades de un público, analmente agradecido, y rumiando el proyecto personal.
Como siempre en esta vida, todo llega y en febrero de 2019 se abría su primer restaurante, Colósimo fruto de la imaginación y del trabajo de los hermanos – incluida alguna que otra mano de pintura- , porque de lo que habían aprendido en casa, con su familia mas la experiencia de todos estos años su propuesta era “trasladar” esa cocina a su restaurante y lo consiguieron , vaya que si lo consiguieron e hicieron famosos algunos de sus platos como su famosísima tortilla de patata ‘concebollista’, y desde ahí enamoran a cualquiera que pruebe sus cremosas Croquetas de puchero, la Ensaladilla suave y una buena mayonesa, los Chipirones rellenos de sepia y caldo de coñeta, el Steak tartar… hasta llegar al Tocino de cielo, que no de monja, sino de los Romero o la Tarta de queso Payoyo.
Pero como son inquietos, jóvenes y quieren mas, cuatro años después abrían Menudeo, su nueva propuesta asentada en un local famosísimo del barrio de Salamanca. Esta vez la propuesta gastronómica es algo mas informal pero no deja de tener ese acento gaditano: Chicharrones de Chiclana, hechos en casa, con limón y sal -memorables-; Mojama de Barbate, aceite y almendritas ,Presa ibérica especiada cocinada con la propia grasa de jamón, y algunos otros de los platos más informales, como las cremosísimas Croquetas de la casa, la Ensaladilla de gambas muy del sur con su mayonesa elaborada con manzanilla o los inesperados Langostinos en nuestro ajillo, marca de la casa…
Con ellos triunfar parece fácil, pero la realidad es que hay muchas horas de trabajo, un gran amor a su profesión y un entender la cocina muy del sur, lo cual da su fruto y te permite soñar con nuevas aventuras cada vez mas ambiciosas.