A tan solo 30 minutos de Madrid y a escasos 5 minutos de El Escorial, en medio de los campos de Valdemorillo, se esconde un oasis donde el tiempo parece detenerse.
Al llegar, lo primero que sientes es el aire limpio del campo y una banda sonora que te acoge como si fuese tu hogar. Es un lugar donde se puede caminar descalzo sobre el césped, sentarse a la sombra de un árbol y, simplemente, dejarse llevar. No hay prisas ni ganas de volver a casa, solo la promesa de disfrutar de sobremesas y días que se alargan, rodeado de tu familia y amigos, un plan para vivir sin reloj.
La experiencia gastronómica en Mercado Avellaneda comienza mucho antes de sentarse a la mesa. Aquí, los productos no son meramente ingredientes, son los protagonistas de una historia que se cuenta a través del fuego. Las verduras que se cocinan lentamente desprenden el aroma de la brasa, los cortes de carne se eligen con cuidado, y cada plato parece tener una vida propia, como si te hablara del campo del que proviene, del cuidado con el que ha sido tratado. La carta es cambiante y se adapta a la temporada, garantizando así la mejor calidad de todos los ingredientes.
Esta temporada, entre los primeros bocados se encuentra uno con la frescura de un gazpacho que alarga los días de verano, la textura suave de una ensaladilla casera o el toque inconfundible de las croquetas de lacón y huevo. Los sabores del mar están presentes también en cada mesa, con los mejillones en escabeche y los perfectos berberechos que parecen traer consigo la brisa del mar. Y entonces llega el bikini de sobrasada y queso brie, un pequeño tesoro que se disfruta, y mucho, mientras la conversación sigue su curso. Sin embargo, el otoño se va acercando, y eso significa que muy pronto Mercado Avellaneda empezará a oler a los mejores platos de cuchara, guisos y estofados.
El corazón de Mercado Avellaneda está, sin duda, en su parrilla. Allí, sobre el calor de las llamas, se asan las chuletitas de cordero de Ávila, las mejores carnes locales y nacionales, como el secreto ibérico de Guijuelo y otra selección de producto que llega directamente desde La Pampa argentina. Las carnes se cocinan despacio, como todo en este sitio, mientras las patatas asadas y las verduras de temporada comparten espacio en las brasas, absorbiendo ese inconfundible sabor ahumado. Aquí el fuego no solo cocina, también reúne, invita a acercarse, a compartir una copa de vino mientras se espera el siguiente plato. Es fácil perder la noción del tiempo. Entre risas, charlas y algún paseo, se va haciendo espacio para la parrillada de pescado y marisco de Galicia, que llega a la mesa con la frescura de la costa: merluza, almejas, navajas y las pequeñas pero sabrosas gambitas de Huelva. Todo evoca una comida sencilla, como las de antes, esas que no necesitan nada más que buenos ingredientes y buena compañía.
Llega el momento dulce y siempre hay hueco para los postres caseros más tradicionales y deliciosos, perfectos para poner el broche final a una comida que, más allá del placer de comer, es una celebración de los sentidos.
Alargar la comida para disfrutar del final del día rodeado de amigos, cuando el sol comienza a bajar y el cielo se tiñe de naranja, es el mejor plan para escapar por un momento de las prisas de Madrid.
Mercado de Avellaneda
Carretera M-533, KM/0,800 Valdemorillo, Madrid, Spain 28210
Horario: Jueves de 20:00h a 00:00h
Viernes y sábados de 13:00h a 00:00h
Domingos de 13:00h a 00:00h
Precio medio: 35-40 euros
Tel.: +34 91 898 26 94
Web: mercadoavellaneda.es