Estos datos son muy similares a los de México, con una inflación que se ha revertido de manera considerable en 2022 desde el 12,1% en abril hasta el 5,8% actual y con unos tipos de interés que por el momento siguen en cotas altas desde el pasado verano en el 13,75% (máximos de la última década) similar al resto de economías de América Latina, lo que también apoya la idea de un carry trade o flujo positivo hacia la economía para unos inversores en búsqueda de algo de rentabilidad por su dinero, en un contexto en el que nos encontramos mundialmente de altas tasas de inflación. El entorno más positivo y de reapertura por parte de China también favorece al país, ya que es uno de sus principales socios comerciales, sobre todo en cuestión de exportaciones relacionadas con metales industriales (hierro o acero).
Teniendo en consideración todo esto, destacaríamos 4 compañías brasileñas por valoración actual y pago por dividendo (en la mayor parte de los casos por encima del 4-5% anual en la actualidad) Son: Petrobras, Itau Unibanco, Vale y Banco Do Brasil, dos financieras y dos energéticas (petrolera en el caso de Petrobras y minería en el caso de Vale). Todas ellas las podemos encontrar y operar en dólares porque cotizan mediante ADR en el mercado de EEUU.
En contraposición, para un inversor con alta aversión al riesgo, para evitar la inversión específica en una compañía en particular y buscar una cierta diversificación, destacaríamos para un inversor europeo (por la divisa) dos ETFs o fondos de inversión cotizados con exposición al país: iShares MSCI Brazil UCITS (IQQB) y Lyxor MSCI Brazil UCITS (RIO) los cuales cotizan en euros en las bolsas de Alemania y Francia respectivamente. Independientemente de todo ello, hay que recordar que invertir en este tipo de mercados, emergentes u otros, puede conllevar una volatilidad o prima de riesgo superior que otros de países desarrollados en este caso.
Letras del Tesoro favorecidas por la subidas de tipos.
La inflación subyacente de España se encuentra, según datos de esta última semana, en el +7,5%. Por ende, buscar un activo que nos reporte como mínimo esa rentabilidad anual se está volviendo más exigente que nunca. Como objetivo, ese debería ser uno de nuestros objetivos en el largo plazo como inversores, tener una cartera que nos reporte rentabilidades reales positivas descontando la subida de los precios.
La semana pasada tuvimos otra subasta de letras en nuestro país donde se volvió a batir récord de demanda debido a las rentabilidades que se están ofreciendo. El martes se colocaron un total de 1.959 MM €, cerca del máximo previsto de una horquilla entre los 1.500 y los 2.500 MM € en letras de 3 y 9 meses. Alrededor de casi el 25% del mismo se colocó entre pequeños inversores, lo que da pistas sobre el apetito y búsqueda de rentabilidad por parte de los mismos. Creemos que la rentabilidad que están ofreciendo estos productos a corto plazo es interesante para por lo menos compensar una parte de la pérdida de nuestro poder adquisitivo durante los últimos años. En el caso de las letras a 9 meses, se paga actualmente una rentabilidad de casi el 3% mientras que a tres meses se encuentra en casi el 2,5% anual.
Ahora bien, compartimos también la opinión de que posiblemente durante el próximo trimestre dichas rentabilidades sigan subiendo sobre todo en la parte corta de la curva, debido a las expectativas de seguir subiendo tipos de manera considerable, sobre todo en Europa y Estados Unidos con posibles subidas de otros 50 puntos básicos en ambos casos en la próxima reunión de marzo. La letra a 6 meses en Estados Unidos alcanza rentabilidades superiores ya al 5%, niveles no vistos desde el pasado año 2007, o el italiano a 10 años en cotas cercanas al 4,5% anual. Si miramos también a lo que podríamos considerar un activo libre de riesgo como la deuda de Alemania, tenemos que su tramo entre 6 y 24 meses paga casi un 3% de rentabilidad anual en la actualidad, niveles tampoco vistos desde el pasado año 2008.