Lo más destacable de la reunión quizás haya sido la actualización de los pronósticos de inflación y de crecimiento. El banco prevé ahora alcanzar el objetivo inflacionario del 2% este año, frente al 2,3% de inflación que había previsto en marzo para 2025. En cuanto a las previsiones de crecimiento para 2025, las ha mantenido en el 0,9%, y ha revisado ligeramente a la baja las de 2026 al 1,1%, frente al 1,2% que había previsto en marzo.
En su discurso, Lagarde remarcó que la mayor inversión en infraestructura, refiriéndose al paquete fiscal que tiene previsto desplegar el gobierno alemán, apuntalará el crecimiento en el medio plazo. También señaló que la apreciación del euro y los aranceles podrían lastrar las exportaciones europeas. En cuanto a los siguientes pasos del BCE, Lagarde apuntó que estaban “alcanzando el final del ciclo de la política monetaria” y que “estaban en un buen lugar”. Anecdóticamente, la decisión de bajar tipos no fue unánime ya que hubo un disidente dentro del Consejo que abogó por mantener los tipos intactos.
Lagarde no dio señales sobre lo que hará el banco en su próxima reunión de julio, pero los mercados de swaps están descontando claramente una pausa en los recortes de tipos. Desde Ebury, creemos que es casi seguro que se produzca este escenario, a no ser que las negociaciones comerciales con EE.UU. den un giro inesperado a peor. Seguimos descontando un recorte más en 2025, que podría llegar en septiembre, aunque parece que están aumentando las probabilidades de que se produzca en octubre. En cualquier caso, este último recorte podría ser el último dentro de este ciclo, especialmente teniendo en cuenta, las comunicaciones de Lagarde en la conferencia de prensa del jueves.
Tras esta nueva bajada de tipos, el Euríbor a 12 meses podría coger un nuevo impulso a la baja en el mes de junio y atravesar la barrera del 2% a corto plazo. En todo caso, el ciclo de recortes está llegando a su fin por lo que el margen bajista del Euríbor es cada vez más reducido.