Y como no podía ser menos, una de sus ministras, la encargada de la cosa de la comunicación, la portavoz ha emitido una carga de diatribas de las que solo se ha salvado la policía, y de casualidad. Así que en esta ocasión la rueda de prensa tras el consejo de ministros de los martes ha sido todo un espectáculo de ataques e insultos encubiertos contra el PP, el Consejo General del Poder Judicial y el juez García Castellón, que se ha atrevido a imputar a Puigdemont y a Rovira en la causa de Tsunami Democràtic.
En opinión del Gobierno la decisión de García Castellón, no es del todo limpia ya que el auto del juez se ha producido en plenas negociaciones para la investidura, por lo tanto no es casualidad,
Con el PP, la portavoz siguió la línea trazada la misma noche del lunes por Sánchez acusar a Vox de organizar las protestas ante las sedes del PSOE de toda España y al PP de mantener un silencio cómplice. «El PP lleva semanas alimentando un monstruo con el beneplácito de Feijóo y la participación de Abascal. No aceptaron los resultados del 23-J y hoy prenden de odio las calles. Frente a su inquina y sinrazón, Democracia. Respeto y calma. Que nadie caiga en su provocación»
Es decir, el gobierno sigue sin admitir que los derrotados el 23J fueron ellos y no el PP, pero eso da igual porque una vez que se produzca la investidura se había acabado el problema.
Finalmente, y por si nadie lo sabia acabaran con los jueces rebeldes que acusan a Sánchez de abolir el Estado de Derecho y que llevan «cinco años con el mandato caducado», recordó. «Desearíamos en una próxima legislatura (…) poder abordar esa cuestión que es un lastre para nuestro país.
Eso si la manchega que no pudo con García Page evito hablar de las negociaciones con Puigdemont para cerrar la investidura de Sánchez. «Los trabajos en torno a la investidura están en mano de los partidos políticos y serán los partidos políticos los que, en su caso y llegado el momento, darán información al respecto. No tenemos nada que decirles en nombre del Gobierno»,