Con un nuevo concierto sanitario sobre la mesa, el sistema se transforma no sólo para mejorar las prestaciones, sino también para hacerlas más sostenibles y justas a largo plazo.
Es una de las reformas más ambiciosas de los últimos años, tanto por su alcance como por su inversión. El primer dato que salta a la vista es el presupuesto: 4.808,05 millones de euros para el periodo 2025-2027. Esto supone un incremento de más de 1.200 millones respecto al concierto anterior. ¿Y por qué es tan importante este aumento? Porque con más recursos se pueden ofrecer mejores servicios, reforzar áreas críticas como la atención especializada o la cobertura en zonas rurales, y asegurar que las aseguradoras puedan responder a la demanda real de los usuarios.
Con esta inversión, se pretende no sólo mantener, sino elevar la calidad de la atención médica que reciben los funcionarios y sus familias. Un gesto que responde, por fin, a muchas de las reivindicaciones históricas de este colectivo.
Una de las novedades más destacadas es la subida acumulada de las primas en un 41,2% durante los tres años que estará vigente el nuevo concierto. Pero lejos de tratarse de una simple subida de precios, esta reestructuración responde a un modelo más equilibrado: ahora las primas se calcularán según tramos de edad. Esto significa que quienes tengan un mayor riesgo (por edad o necesidades sanitarias) contribuirán más al sistema. Este ajuste permite que el sistema sea más equitativo, ya que distribuye el coste de forma proporcional. Además, con esta fórmula se busca proteger la viabilidad económica de MUFACE en el largo plazo, evitando déficits que perjudiquen la calidad del servicio o que obliguen a hacer recortes en el futuro.
Una de las grandes preocupaciones cuando se anuncian cambios de este tipo es si habrá interrupciones en la atención médica. En este caso, MUFACE ha dejado muy claro que no. Hasta que se formalice la adjudicación del nuevo concierto sanitario, los mutualistas seguirán recibiendo asistencia en las mismas condiciones actuales. Este respaldo se realiza gracias al mecanismo legal conocido como orden de continuidad de los servicios, contemplado en la Ley de Contratos del Sector Público. En otras palabras: ningún funcionario ni familiar dependiente se verá afectado por retrasos, parones o cambios improvisados en sus tratamientos o visitas médicas. Se garantiza una transición sin sobresaltos, algo que, sin duda, aporta tranquilidad.