El Hotel Los Seises Sevilla —cuyo nombre alude a ese grupo de niños que en señaladas festividades asombran con sus bailes en la catedral— se mueve al son de la urbe andaluza y el verano no es algo baladí en esta ciudad. Para adaptarse a los nuevos hábitos estivales, puesto que los termómetros no dejan margen de maniobra —más allá de esperar a que caiga la noche o de cobijarse en una buena sombra—, el establecimiento da la bienvenida a la estación con múltiples novedades en su variada propuesta gastronómica.
El Hotel Los Seises Sevilla, dentro de la marca ‘Tribute Portfolio’ de Marriot, mantiene un fuerte vínculo histórico al estar ubicado en el ‘tercer patio’ del Palacio Arzobispal, ala que servía a los sacerdotes como residencia. Los Seises ha sabido conjugar a la perfección sus orígenes ancestrales con los elementos de la arquitectura más actual y el diseño más vanguardista. Su renovación integral le he permitido estrenar un prometedor restaurante asesorado por Andrés Madrigal, un lobby bar, un fabuloso salón y 42 habitaciones, que se han remodelado preservando los elementos clásicos de este antiguo palacio y uniéndolos a objetos contemporáneos.
Ubicado en el patio del hotel, el restaurante El Patio del Pali —en homenaje al fallecido cantaor El Pali, apasionado de la cocina y muy querido en la ciudad— destila la serena elegancia de este tipo de enclaves, clásicos del barrio de Santa Cruz. Hasta mediados de septiembre solo ofrecerá el servicio de cenas de 19.00 a 23.30 h, perfilándose como un lugar ideal donde relajarnos cuando cae la noche en torno a una mesa de excepción protagonizada por la apetitosa cocina sevillana. El murmullo de su fuente y la delicada vegetación crean una atmósfera muy especial en este bistró andaluz, que cuenta con la asesoría de afamado chef Andrés Madrigal.
El restaurante incorpora a su carta nuevos platos más frescos para sobrellevar las altas temperaturas. En esta versión más veraniega de la carta, que deja para el otoño los guisos y platos más consistentes, queda patente el estilo ‘mexiterráneo’ del chef, que ha dotado de aires renovados al recetario hispalense más tradicional otorgándole un giro de autor, pero siempre partiendo de productos de máxima calidad y con sello local. Pensada para compartir, destacan el tiradito de urta con Payoyo, piñones, salsa tártara y blinis de patata; el tartar de carabinero, caviar y hueva de trufa con crema de ajoblanco; la tapa de pavías de bacalao y gamba roja con alioli de ajo negro; el hummus con chips de boniato y crudités; el chicharrón de Cádiz con salsa tonnato o la ya clásica ensalada de lechuga viva con ratatouille andaluz y tomate rosa. Como principal, los comensales pueden elegir entre el pescado del día —asado en el horno y con mantequilla de alcaparrones, tomillo y limón—, el pulpo al ajillo sobre patata revolcona y cebolletas moradas, la costilla de vaca vieja a baja cocción con puré de calabaza y la chuleta de vaca madurada. Los amantes del arroz pueden seguir con el meloso de verduras con trufa negra y setas de temporada y el caldoso de marisco con pesca del día de Conil. Los postres, obra de Pâtisserie Tokyo —un obrador de alta pastelería francesa de Gerena (Sevilla)—, también dan la bienvenida a bocados como el brownie de té matcha y chocolate blanco, coco y fruta de la pasión o el bizcocho dacquoise, con gelificado de frambuesa y mousse de mango y lima, que se unen al ya imperdible lingote de Madagascar —con bizcocho de vainilla y mousse de chocolate blanco— y a la tarta de zanahoria ecológica con chocolate blanco belga. Los menos golosos pueden decantarse por una selección de quesos kilómetro cero de Casa Orzáez. El pan del restaurante tiene también impronta local: es de Biga, panadería de la trianera calle Evangelista.
Por su parte, la bodega da bastante protagonismo a las casas andaluzas, aunque en el apartado de tintos tienen gran peso las etiquetas de Ribera del Duero y Valladolid. También hay una buena selección de blancos —en este caso, andaluces y gallegos, fundamentalmente— y, claro está, generosos y jereces de Bodegas Williams & Humbert (Jerez de la Frontera), así como champagnes.
Si hay un lugar cosmopolita en Los Seises es el Sherry & Champagne Bar, un espacio ideal donde tomar un snack, un café o alguno de sus destilados y espumosos en un ambiente elegante, pero informal. Situado en el lobby del hotel, actúa como punto de encuentro de los huéspedes y antesala de El Patio del Pali. Aprovechando la nueva estación, incorpora una nueva propuesta, perfecta para abrir boca y descubrir la maravillosa pareja que conforman el vino de Jerez y los quesos más selectos. “Sherry y Quesos: el maridaje perfecto” permite de martes a viernes disfrutar de esta pareja de excepción que conforman los distintos palos de Jerez y los más selectos quesos, con matices que potencian cada referencia vínica. Así, los martes los clientes podrán disfrutar degustando amontillado con camembert; los miércoles, oloroso con parmesano; los jueves, palo cortado con queso viejo, y los viernes, fino con queso de cabra. Parejas a la altura de la puesta en escena sofisticada de este espacio, que proporciona un ambiente íntimo, donde se mima cada detalle.
Para completar la oferta gastronómica, Los Seises cuenta con El Invernadero, donde se sirven sus selectos desayunos (30 €). Estos cuentan con un showcooking donde se preparan huevos y tortillas al gusto, churros o salchichas caseras, entre otros platos. En su buffet hay quesos artesanos, frutas, panes artesanos, jamón ibérico 5 Jotas, roast beef casero e, incluso, un arroz del día.
La música llega de la mano de La Giralda, su especial tablao flamenco. Los viernes y sábados, en dos pases —19.00 y 20.00 h—, el salón Seises se convertirá en un tablao íntimo y muy especial, para un máximo de 35 personas, que podrán disfrutar del mejor y más auténtico flamenco en un ambiente muy cercano, ya que las tablas están a ras de suelo.
Hotel Los Seises
Segovia, 6. Sevilla
Teléfono: 954 229 495
Web: https://www.espanol.marriott.com/hotels/travel/svqtx-los-seises-sevilla-a-tribute-portfolio-hotel/