En efecto, la OTAN anunció este viernes un refuerzo inmediato de sus defensas en Europa del Este tras el ataque que alcanzó territorio polaco a principios de semana. El secretario general Rutte señaló que “no fue un incidente aislado” y advirtió de un aumento de las incursiones aéreas rusas en Rumanía, Lituania, Letonia y Estonia.
Subrayó que defender “cada pulgada” de los aliados es prioritario y confirmó que la misión Eastern Sentry (Centinela del este, en español) integrará medios aéreos y terrestres a lo largo de la frontera con Rusia.
El jefe militar aliado Alexus Grynkewich precisó que el operativo consolidará baterías antiaéreas y sistemas de vigilancia, y contará con el apoyo de Francia, Alemania, Reino Unido y Dinamarca. “La situación trasciende las fronteras de Polonia, lo que afecta a uno afecta a todos”, dijo.
En Washington, el presidente Donald Trump se distanció previamente de la estrategia aliada. En una entrevista con Fox News, declaró: “No voy a defender a nadie; esto es sobre todo un problema de Europa”.
Paralelamente, el ministro de Exteriores danés, Lars Løkke Rasmussen, visitó Kyiv y reclamó que el próximo paquete de sanciones de la Unión Europea contra Moscú sea “lo más duro posible”. Dinamarca, que ejerce la presidencia rotatoria del Consejo, confía en aprobar antes de diciembre la decimonovena ronda de medidas, que incluiría restricciones al transporte marítimo y al sistema financiero ruso. Rasmussen expresó además su disposición a coordinar con Washington cualquier nueva iniciativa económica contra el Kremlin.
El escudo defensivo no abarcará territorio ucraniano, una posibilidad que se había barajado