En los dos años ha transportado seis millones de viajeros y asegura que ha atraído nuevos usuarios al tren, como son las familias, estudiantes y autónomos, con una oferta que parte de los 9 euros por asiento (tarifa plana de cinco euros para los niños de 3 a 14 años y gratuita para menores de 3 años en brazos de sus padres).
El plan de Ouigo, en esta ofensiva recién iniciada en líneas aún monopolizadas por Renfe, es rodar en ejes mucho más económicos en términos de cánones pagados a Adif para tratar de obtener beneficios y compensar las pérdidas obtenidas hasta ahora en los grandes ejes ferroviarios. En contra de esta nueva operadora en España han jugado los altos costes energéticos y unos cánones que ha denunciado en muy diversas ocasiones como excesivamente caros. Pese a todo, SNCF y su filial mantienen su apuesta por España en busca de “democratizar el tren de alta velocidad”, suele decir la directora general de Ouigo, Hélène Valenzuela.
El compromiso adquirido ante Adif por la operadora es el de prestar los nuevos servicios a largo plazo, en lo que sería el primer paso en su plan de expansión. Para ello, sumará dos trenes a su flota, alcanzando las 16 unidades, además de la previsible contratación de nuevo personal.
La ruta Valladolid-Segovia-Madrid complementa a una de las líneas estratégicas de Ouigo, la Madrid-Albacete-Alicante. Alargando el trazado y sumando destinos, la firma persigue una mayor utilización de su material rodante. En cuanto a la entrada en Murcia, se trataría de un nuevo terreno de juego para medir fuerzas con el AVE de Renfe.
Ouigo no parece tener otros destinos bajo estudio, más allá de su compromiso de llegar a Andalucía también en 2024, mientras que su rival Iryo hace cuentas para saltar, quizás a medio plazo, a la línea Madrid-Galicia.