UPN y el Partido Popular, así como dirigentes de Vox y Ciudadanos, se han manifestado en el centro de la capital de Navarra bajo el grito de «Pamplona no se vende» para denunciar cómo la pinza entre los socialistas y EH Bildu arrebatará a los regionalistas la Alcaldía de la ciudad para, en pocos días, quedar en manos de la izquierda abertzale.
La Plaza Consistorial se ha llenado desde primera hora del día, con miles de manifestantes congregados -10.000 según la Delegación del Gobierno; 12.000 según UPN, el partido convocante- como señal de protesta a la aproximación de Sánchez al independentismo y los nacionalismos, evidenciada en las últimas semanas con el alumbramiento del proyecto de ley de amnistía y ahora con el acuerdo con EH Bildu para expulsar a UPN de la Alcaldía de Pamplona, un extremo que el PSOE negó rotundamente durante meses que fuera a producirse y que ahora circunscribe a un pacto local concreto.
De ahí las proclamas lanzadas por los manifestantes: «Cerdán, cuentista, Bildu es terrorista», «PSOE-PSN mentiroso» o «Traición por sillón» son algunas de las pancartas exhibidas por los presentes en la plaza Consistorial. El acto, convocado y organizado por UPN, ha contado también con el respaldo y la presencia de la dirección del PP. Su líder, Núñez Feijóo, se ha manifestado este domingo en Pamplona después de haber encabezado numerosas protestas contra la amnistía en las últimas semanas bajo la marca popular en importantes ciudades de todo el país.
Ahora, Génova y la cúpula territorial del PP han querido así mostrar su apoyo a UPN, cuyo líder Javier Esparza, y la aún alcaldesa de Pamplona, Cristina Ibarrola, han llevado la voz cantante en el acto en la plaza Consistorial. Por parte de Ciudadanos, además, ha estado presente su líder, el europarlamentario Adrián Vázquez.
La sensación que queda en UPN es que el futuro de Pamplona, como ocurrió con el de Navarra, se ha decidido en despachos de Madrid y Bilbao. «Es una enorme bofetada», ha dicho el líder del partido Javier Esparza, para recriminar «lo insignificante que es» la ciudad para Pedro Sánchez, que decidió hace tiempo entregarla a EH Bildu para asegurarse su permanencia en La Moncloa.
Concretamente sitúan en hace seis meses, tras el 28-M, la fecha en la que el PSOE pactó con la izquierda abertzale esta moción de censura con el objetivo de que María Chivite tuviera el apoyo suficiente para gobernar en Navarra, también gracias al respaldo de EH Bildu. «Habían marcado nuestra fecha de defunción», ha dicho la alcaldesa Cristina Ibarrola, que ha advertido al PSOE de que la ciudad «no olvidará» lo ocurrido y que los socialistas «pagarán democráticamente» por el «daño irreparable» hecho a Pamplona.
Es más, Ibarrola ha definido la Alcaldía de la ciudad como «el bien más deseado» por los abertzales para sus intereses anexionistas respecto a Navarra. «Es la joya de la corona, es estratégico para Otegi y sus secuaces», ha reprochado la todavía alcaldesa de Pamplona.
Esta sensación cunde entre los miles de manifestantes que han desbordado el centro de la ciudad y que han coreado el «escoria» lanzado esta semana por Esparza para definir a los socialistas. «Es indigno y vomitivo», reflexionaba el líder de UPN ante los dirigentes del PP, Vox y Ciudadanos, presentes en las primeras filas, que Sánchez haya «entregado Pamplona al fascismo abertzale» como moneda de cambio. «Estamos aquí para decirle que no vamos a olvidarlo nunca».
«El problema para España y para Navarra es Pedro Sánchez. Ha convertido la política en un juego de tronos donde no existe la más mínima decencia», ha clamado Esparza, que ha recordado que UPN cuenta con dos asesinados por ETA y que el presidente del Gobierno, al pactar con EH Bildu, da «legitimidad» a los radicales y se la quita a una formación histórica y constitucional en Navarra. La «simbiosis» entre el PSOE y EH Bildu a nivel foral, ha lamentado, es completa.
«Sánchez pone otro ladrillo a su muro», ha denunciado por su parte Feijóo, presente en el acto con otros dirigentes populares como Cuca Gamarra, Jorge Azcón o el líder del PP navarro, Javier García. «Sabíamos que había un pacto encapuchado, ahora sabemos cuál es la primera factura y la última mentira de Sánchez», ha expresado Feijóo, que ha prometido «estar al lado del pueblo navarro» y «lamentar profundamente la indignidad del PSOE» con este acuerdo. El líder de la oposición ha considerado una «obligación moral y constitucional» estar este domingo en Pamplona ante el «problema de dignidad» que demuestra Sánchez con su hoja de ruta al pactar en la ciudad con «un partido que sigue sin condenar el terrorismo y que lleva asesinos en sus listas».
La delegación de Vox, por su parte, la ha encabezado el vicepresidente de Castilla y León, Juan García-Gallardo, en ausencia de Santiago Abascal, que este fin de semana se encuentra en la convención del partido de la primera ministra italiana, Giorgia Meloni. Como viene siendo habitual en las manifestaciones en las que participa Vox, los de Santiago Abascal han convocado una marcha posterior que ha culminado con una protesta frente a la sede de los socialistas en Pamplona, donde han reclamado que cese la aproximación de Sánchez a formaciones como Junts, ERC o, en este caso en concreto, EH Bildu.
De hecho, en una entrevista concedida a EL MUNDO este domingo, Esparza ha alertado del escenario que se abre con el primer paso dado entre el PSOE y EH Bildu en Navarra: «La siguiente pantalla del pacto será poner a los presos de ETA en la calle».
La de este domingo no será la única manifestación que UPN convoque en contra de un acuerdo que, a ojos de Esparza, supone una «agresión» a Pamplona. El partido regionalista vuelve a llamar a salir a la calle el próximo 28 de diciembre, que es cuando se vota la moción de censura, para expresar el rechazo social que el pacto entre el PSN y EH Bildu genera en la población.