Lascano en el jardín de la residencia encuentra asesinado a uno de los residentes, con un corte certero en la garganta. Al llegar el inspector, Capitan, designado para investigar el caso, le hace a Lascano el ofrecimiento de ayudarle, y que acepta con gusto, pero advirtiendo que no sabe si el mismo puede ser el asesino. A partir de este momento van desfilando algunos de los personajes de la residencia que han podido ser los asesinos, contándose sus historias y su relación con el muerto, hombres y mujeres con un pasado más o menos turbio, y a la vez, la hija de Lascano, Vicenzo el cocinero siciliano, Padington, dueño de la residencia, una cantante de ópera, una entrenadora personal, Alexander, el psicoanalista que trata a Lascano y, por último, Fuselli, el forense íntimo amigo de Perro. Todos ellos aportan una variedad de situaciones personales y de caracteres que le dan fuerza a la novela y que permiten al lector gozar de unos diálogos en letra cursiva, escritos de un modo peculiar, en los que el humor siempre está presente. Como música de fondo, la vejez, tratada como una época de decadencia y despreciable. La cocina italiana y sus menús son un ingrediente muy agradable de la novela.
Aunque puede costar entrar en el relato y a veces pensar que no estamos leyendo una novela policiaca, no hay que tener prisa y gozar con cada capítulo porque al final quedará claro quien ha sido el asesino y sus motivaciones, dejando una novela redonda.
Lo más curioso es que Lascano siendo un personaje muy humano, simpático y agradable, constantemente recuerda que no es creyente, aunque alrededor de él se da a entender que si son creyentes.
Perro viejo
Ernesto Mallo
Siruela (2024)
205 págs.
ISBN: 978-84-19942-19-7