De acuerdo con el análisis compartido por los analistas de Bloomberg, el desplome en solo unos días amenaza las arcas de los países productores de crudo, que necesitan precios mucho más altos para equilibrar sus presupuestos. Al mismo tiempo, el abaratamiento del crudo alivia parcialmente las presiones inflacionistas provocadas por los aranceles de Donald Trump sobre sus socios comerciales. Las acciones de BP han caído hasta un 20% en tres sesiones, mientras que las empresas del sector del ‘fracking’ en EE.UU. han sufrido fuertes castigos. Durante el fin de semana, Arabia Saudí recortó el precio de su crudo insignia Arab Light destinado a Asia —su principal mercado— en la mayor rebaja desde 2022, lo que añadió preocupación por la oferta a un panorama ya debilitado por la menor demanda. El recorte fue más drástico de lo esperado por los operadores y se sumó a un sorpresivo aumento de producción de la OPEP+, liderada por los saudíes, la semana pasada. «El tema dominante es el temor a una menor demanda y un aumento de la oferta», dijo Ole Hvalbye, analista de materias primas de SEB AB. «La escalada de la guerra comercial ha reavivado los temores de una posible recesión global, lo que lleva a una menor demanda, agravado por el inesperado aumento de producción de la OPEP+».
La consultora Energy Aspects estima que las medidas podrían poner en peligro 1,1 millones de barriles diarios de consumo global. Una combinación de pesimismo ha arrastrado a los futuros del crudo a niveles no vistos en cuatro años. Industrias como la del transporte por carretera y las aerolíneas probablemente se beneficien de los costes de combustible más bajos, mientras que Trump celebró la caída del precio del petróleo en su red social Truth Social, afirmando: «No hay inflación». Aun así, los presupuestos de los países de la OPEP+ podrían verse muy afectados. Arabia Saudí necesita un precio de 90 dólares por barril para equilibrar sus cuentas públicas, según el Fondo Monetario Internacional. Rusia ha declarado este lunes que está haciendo todo lo posible para minimizar el impacto del colapso en su economía, ya que el precio de su crudo se aproxima a los 50 dólares. «Estamos siguiendo muy de cerca la situación, que actualmente se caracteriza por ser extremadamente turbulenta, tensa y cargada de emociones», comenta el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, según la agencia Interfax. Las autoridades rusas están trabajando para minimizar las consecuencias de esta tormenta económica internacional para nuestra economía.