Lo ha hecho poco después de que la diputada de Compromís Àgueda Micó también haya asegurado que no iba a votar a favor, aunque no ha aclarado si se abstendría o votaría.
Tras estas declaraciones y echando cuentas, el Gobierno ahora mismo sólo puede aspirar a conseguir 167 síes, los de la mayoría de investidura menos Podemos y Junts. También podría intentar convencer a Micó, que se ha mostrado dispuesta a negociar, pero cambiaría poco las cosas. Principalmente, porque tiene el no asegurado del PP, Vox y UPN, lo que suman 171 diputados.
Ante este escenario, Moncloa sólo tiene dos opciones para poder ganar esta votación. La primera, que Podemos y Compromís voten a favor y Junts se abstenga. Si bien Micó está abierta a la negociación, desde Podemos ya han asegurado que su abstención es inamovible. No sería la primera vez que la formación morada recula, pero no es una votación tan importante como para hacerlo.
Y si esa opción ya es difícil, la segunda es prácticamente imposible: que Junts vote a favor. El partido independentista lleva semanas insistiendo en que su postura es de bloqueo total a las iniciativas del Gobierno. Y aunque es verdad que no está siendo un bloque tan absoluto como cabía imaginar al principio, el propio Puigdemont verbalizó que Sánchez no tendría Presupuestos y cambiar de opinión ahora sería muy difícil de explicar para los suyos.

