Para ello, la firma ha contratado los servicios de Goldman Sachs y JP Morgan después de que el grupo de capital familiar reorganizara su estructura societaria para agrupar todos sus negocios bajo una sociedad anónima (Puig Brands SA). La matriz era previamente Puig SL y este tipo de sociedades no puede cotizar. En este contexto , lo lógico sería que el alcance de la colocación se situara entre el 25% y el 49% del capital, el mínimo que, por norma general, exige la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a las compañías que quieren salir a Bolsa y el máximo posible para que la familia Puig retenga el control del grupo.
Puig cerró el ejercicio 2022 con un beneficio neto de 400 millones de euros, un 71% más que en 2021, y unos ingresos netos de 3.620 millones, lo que supone un incremento del 40%. Asimismo, la compañía alcanzó un resultado bruto de explotación (Ebitda) de 638 millones de euros, lo que representa un incremento del 37% respecto a 2021, y registró en 2022 los mejores resultados de su historia hasta la fecha por segundo año consecutivo.