Además, –en una entrevista en RAC1– el también exlíder del Ejecutivo regional ha anunciado que se retirará de la «política activa» si no es elegido presidente ya que «no me veo como jefe de la oposición». «Alguien que ha sido presidente de la Generalitat no puede estar en el Senado ni en el consejo de administración de una gran empresa», ha apostillado.
En relación a la citación telemática que el Tribunal Supremo le ha hecho en la causa de Tsunami Democràtic, por la que está investigado por un delito de terrorismo, Puigdemont ha afirmado que «la Justicia española no pierde nunca la oportunidad de intervenir en la campaña electoral»; aunque no ha avanzado si asistirá o no por videoconferencia al Alto Tribunal.
Respecto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el dirigente de secesionista ha indicado que «habíamos acordado tener una reunión en Bruselas o en Estrasburgo», una «reunión de verdad», ya que el prófugo «no quería una foto opportunity» por los «pasillos del Parlamento Europeo». Sin embargo, finalmente dicho encuentro no aconteció. En este contexto, ha subrayado que «me fío cero de esta gente» (del PSOE) ya que «la amnistía, hace cuatro días decían que no se podía hacer, de ninguna de las maneras» y por ello demandó que en sus negociaciones con los socialistas hubiera «una tercera parte»; es decir, un relator internacional.
El expresidente de la Generalitat y candidato de Junts a las elecciones catalanas, Carles Puigdemont
En clave electoral, el exlíder del Ejecutivo autonómico ha relatado que no se «presenta para hacer un gesto», sino «para terminar el 1-O» y lograr «la culminación de aquel procés». De esta manera, también ha apuntado que «no buscaré un pacto con el PSC», aunque «otra cosa» es que «pactemos asuntos», como «estamos haciendo» en el Congreso con la amnistía.
Por su parte, Puigdemont ha criticado al candidato de ERC a la Generalidad, Pere Aragonès, por tener una «retórica del encuentro» que «nos ha traído reculadas». A renglón seguido ha arremetido contra los indultos a los políticos que realizaron el procés debido a estas medidas de gracia que «no forman parte de la solución del conflicto» en Cataluña, sino que son «muy convenientes para el Estado español».