Los principales ejecutivos han evitado la confrontación con el Gobierno tras los diversos recursos que cada uno de sus bancos ha interpuesto ante los tribunales. La frase más repetida por los responsables de los bancos ha sido un extraño: “ya hemos dicho todo lo que teníamos que decir” ha sido una especie de disculpa temerosa ante las posibles represalias que todos temen de un gobierno aviso de nuevos impuestos o de perpetra los temporales como el actual que todos ellos han liquidado en este primer trimestre, mermando así los beneficios del inicio del año, pero dejando la cuenta con Hacienda a cero.
En este contexto, si uno lee con atención las notas de prensa y comunicados sobre este primer trimestre, puede apreciar como todos ellos inciden de una u otra manera, en el deterioro de sus ganancias por el efecto de una tasa con la que no están de acuerdo. Una forma de trasladar a los mercados que los números son buenos y tratar de capear el temporal en Bolsa, donde sufren desde el inicio de las turbulencias financieras en Estados Unidos.
Sin embargo, los analistas ya avisan de que la segunda parte del año no será tan buena como esta primera, así que es probable que la decisión de pagar en este trimestre el impuesto revolucionario a la banca sea una buena medida que permita mantener ese ritmo de resultados sin grandes sobresaltos nie espectaculares beneficios, lo cual contribuirá también a minimizar las ansias recaudatorias de Sánchez y sus niñas.
De cualquier forma, todo está por ver yu quedan muchos meses que en las actuales circunstancias económicas es demasiado tiempo como para augurar o prever nada.