España logró el año pasado sobrepasar por primera vez la proporción media de la UE en el consumo final bruto de energía procedente de fuentes renovables al llegar a un 24,9% de cuota, cuatro puntos porcentuales más que el promedio comunitario. Esa cuota comunitaria está muy por debajo del objetivo de un 42,5% fijado para 2030 en el conjunto de la UE, por lo que los países deben intensificar sus esfuerzos para cumplir colectivamente esa meta con un ascenso de al menos 18 puntos porcentuales en lo que queda de década, esto es, una media anual de 2,6 puntos porcentuales.
Cuatro países cumplieron ese objetivo de la UE. Suecia lideró el ranking de 2023 con dos tercios de su energía procedentes de fuentes renovables en su consumo final bruto de energía (66,4%), al depender principalmente de biocombustibles sólidos y energía tanto hidroeléctrica como eólica.
Por otro lado, España ocupó la decimotercera posición (24,9%), que supone un nuevo máximo histórico. Las proporciones más bajas de energías renovables se dieron en Luxemburgo (11,6%), Bélgica (14,7%) y Malta (15,1%).
Además, España se convirtió el año pasado en cuarto país que más aumentó su porcentaje del consumo final bruto de energía proveniente de fuentes renovables, con 2,96 puntos porcentuales más que en 2022, solo por detrás de Austria (+6,77), Bulgaria (+3,54) y Finlandia (+3,01). España siempre se situó por debajo de la media de la UE desde 2004 hasta 2022 y en 2023 dio el ‘sorpasso’ al sobrepasar el promedio comunitario.
Las brechas más altas llegaron a 2,1 puntos porcentuales en 2007 (11,8 en la UE y 9,7 en España) y 2018 (19,1 y 17, respectivamente). La serie estadística de Eurostat, que comienza en 2004 y recogida por Servimedia, indica que España se ha situado entre el decimosegundo puesto de 2009 (13%) y el decimosexto de 2013 (15,1%). Suecia siempre ha liderado el ranking, seguida de Finlandia en 2010 y desde 2014, o de Letonia entre 2004 y 2007, en 2009 y entre 2011 y 2013. Por el contrario, las cuotas más bajas de renovables fueron para Malta desde 2004 hasta 2012 y en 2020; Luxemburgo entre 2013 y 2017, y en 2019, 2021 y 2023; Países Bajos en 2018, e Irlanda en 2022.
Todos los países de la UE han mejorado el consumo final bruto de energía procedente de fuentes renovables en los dos últimos decenios, con los mayores aumentos para Dinamarca (30,1 puntos porcentuales más), Suecia (28) y Estonia (22,5). En el caso de España, el incremento es de 16,5 puntos porcentuales, por encima de la media de la UE (14,9). Las fuentes de energía renovables cubren la energía solar térmica y fotovoltaica, la hidroeléctrica (incluida las mareas, las olas y los océanos), la eólica, la geotérmica y todas las formas de biomasa (incluidos los desechos biológicos y los biocombustibles líquidos).