Según informa el Financial Times, la actual vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica podría acabar en un puesto diferente al previsto inicialmente. Cuando Sánchez, designó a Ribera como comisaria española, la expectativa era que se mantuviera una cartera similar a la que ostenta actualmente en el Ejecutivo nacional, aunque no estaba claro en un primer momento qué responsabilidades tendría esa nueva comisaría de Clima.
La clave es que el Partido Popular Europeo, al que pertenece Von der Leyen, querría mantener ese departamento bajo su control. En parte, para poder presionar a los diputados conservadores para aprobar medidas contra el cambio climático, después de las protestas agrarias ocurridas en países europeos como Países Bajos. Un comisario del mismo PP tendría más cartas para convencer a los suyos de la necesidad de tomar medidas más duras que una socialista, dice el argumento que circula en Bruselas estos días.
El anuncio de Von der Leyen se esperaba para el 11 de septiembre. Sin embargo, su portavoz ha señalado este viernes que el proceso estaba en desarrollo, por lo que no podía afirmar concretamente cuándo concluiría. Esta falta de certeza en la finalización de dicho proceso se produce en un momento en el que los estados miembros están ejerciendo presión sobre la Comisión para que el organismo encabezado por la alemana aplique un equilibrio de representatividad en términos de género y de geografía en su nuevo equipo.
Aun así, esto es solo el principio. La lista de comisarios propuestos deberá pasar por el Parlamento Europeo, donde se debatirá su idoneidad y se votará a favor o en contra de los mismos. En este sentido, miembros de la UE señalan que el acuerdo todavía está lejos debido a las divergencias políticas: el grupo de los Verdes, cuyos votos aseguraron el segundo mandato de Von der Leyen, podrían bloquear la elección de Ribera si consideran que el cambio de posición de la actual ministra para la Transición Ecológica es un intento de frenar el Pacto Verde Europeo.
La posición de comisaria de Competencia, de todas formas, no sería ni mucho menos un ‘castigo’ para Ribera. La cartera es una de las más potentes de toda la UE, una de las grandes potencias del mundo en regulación. Durante la campaña de las europeas, los socialistas proponían aumentar los subsidios industriales a las empresas europeas, rebajando las reglas contra las ayudas estatales para que estas pudieran crecer más rápidamente y hacer frente a rivales de China o EEUU.
La comisaria saliente, la liberal Vestager, utilizó su cartera para aumentar los controles sobre las grandes tecnológicas y bloquear fusiones entre grandes firmas europeas que pudieran crear oligopolios en sus sectores.
La posibilidad de que Ribera encabece la Comisión de Competencia llega después de que Calviño iniciara, el pasado mes de enero, su andadura al frente del Banco Europeo de Inversión. La exvicepresidenta primera del Gobierno ha mostrado su interés en que el BEI a los sectores industriales y de defensa para avanzar en la transición energética. Por tanto, la designación de Ribera aumentaría la influencia de España en el diseño de la estrategia industrial europea.