La cifra, que se aleja de los niveles que manejan actualmente países como España, obligará a los Gobiernos a ponerse las pilas para aupar la financiación en esta partida. Sin embargo, el secretario general de la OTAN, Rutte, ha dado por hecho este viernes que España alcanzará tal objetivo.»Sin duda», ha contestado el holandés a su llegada al encuentro de líderes europeos de la Comunidad Política Europea que tiene lugar en la capital de Albania este viernes. La nueva exigencia, marcada para el horizonte de 2032, la planteaba en un primer momento el jefe de la Casa Blanca, Donald Trump, y se espera que se convierta en un compromiso en la cumbre de la OTAN que tendrá lugar en La Haya el próximo junio.
España continúa a la cola de los países de la Alianza Atlántica que destina un menor porcentaje del PIB a defensa, con un 1,24% en 2024, según los datos publicados el pasado abril por la organización. La intención del Gobierno, no obstante, es llegar al objetivo del 2% del PIB este año, con una inversión adicional de 10.471 millones de euros en seguridad y defensa. Adelanta así el horizonte que se había fijado para 2029 a 2025, pese a que este umbral debía alcanzarse el pasado año. El nuevo objetivo del 5% del PIB se distribuiría en dos patas: una partida del 3,5% destinada únicamente al gasto militar y otra del 1,5% que abarcaría inversiones ‘blandas», acogiendo algunas de las demandas formuladas previamente por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como el control de fronteras, infraestructuras o ciberseguridad.
El último objetivo de inversión en gasto militar de la Alianza Atlántica se fraguó en el Acuerdo de Gales en 2014. Establecía la ambición de llegar a ese objetivo de inversión del 2% del PIB en 2024. Tras haber pasado el plazo, pese a que España no haya llegado aún hasta esta cifra, la Aliana Atlántica intentará fijar una nueva cuota el próximo umbral, que trataría de contentar las demandas de su principal socio, Estados Unidos.
Polonia es el país de la OTAN que destina un mayor porcentaje del PIB a esta partida, por delante de Washington, con un 4,07% del PIB. Le siguen en la lista de forma destacada los países Bálticos, que han aupado su financiación ante el conflicto bélico en Ucrania. Por tanto, por detrás, estaría Estonia, Letonia y Lituania, con cifras entre el 3,4% y el 3,1% de PIB. El top cinco lo cerraría Estados Unidos, con un nivel de inversión del 3,2% del PIB. No obstante, si se llegan a incluir las inversiones ‘blandas’ en defensa dentro de lo que se considera gasto militar en la OTAN, la cifra de España se acercaría a los objetivos fijados.
El cambio de riendas en el Ejecutivo alemán ha abierto la puerta a un gasto militar ilimitado. Berlín busca convertirse en una potencia militar en Europa ante la amenaza que plantea Rusia desde que invadió Ucrania en 2022. El otro catalizador es el cambio de mandos al frente de la Casa Blanca, que ha obligado a Europa a tomas las riendas de su propia estrategia de seguridad y defensa.