El nuevo responsable de Economía es un técnico que ha desarrollado su carrera fundamentalmente en España, desde su puesto como Economista del Estado. Así, ha sido subdirector de Endeudamiento Público y director de Análisis Económico en la AIReF director de Análisis Macroeconómico en el Ministerio de Asuntos Económicos y secretario general del Tesoro y Financiación Internacional.
Y da la casualidad de que en estos últimos años ha sido el pilar en el que se ha apoyado la señora Calviño para elaborar y presentar los informes que Bruselas ha solicitado para la concesión de los fondos para la recuperación económica sobre los que se asientan las esperanzas de nuestro don Pedro para poder cumplir con los numerosos compromisos económicos con los que ha comprado su permanencia de La Moncloa.
El problema es que esos papeles empiezan a sentir el peso de la realidad que no es otra que los números empiezan a no salir y que , además, « el ritmo de avance del PIB en 2024-2026 será sensiblemente inferior al observado en 2023, toda vez que ya se han superado los niveles de actividad prepandemia» a lo que el BdE suma el hecho de que «el crecimiento del PIB se revisa ligeramente a la baja en 2024 y 2025 con respecto al contemplado en el ejercicio de proyecciones de septiembre, entre otros factores, por unas perspectivas menos favorables en cuanto a la evolución futura del consumo de los hogares; si bien este seguirá siendo el principal motor del crecimiento español durante todo el horizonte de proyección».
Así las cosas, algunos economistas no acaban de entender como el nuevo ministro ha logrado el ascenso a base de mentir en Bruselas con unas cifras absolutamente imposibles de cumplir con un planteamiento político como el que conocemos de cesiones económicas monumentales para tapar la boca de los independentistas, auténticos dueños de la situación.
Salvo que, al asumir este riesgo el calculo que hacen desde el equipo de Sánchez es que es posible que la situación económica se enfrente a nuevas situaciones económico-políticas de riesgo y algún nuevo incidente mundial le salva la cara y si no se la salva, como cuando le quieran llamar la atención serán nuevos en los cargos, podrá intentar volver a engañarlos.
Que nadie me tilde de visionario, Sánchez es capaz de eso y de mas ese es su modo de entender la vida y la politica