En plena crisis interna en la coalición por la tributación del salario mínimo, Sánchez ha reivindicado, en un evento organizado en Ciudad del Vaticano, la necesidad de que haya una fiscalidad justa que genere recursos para luchar contra la pobreza. El presidente del Gobierno se ha expresado en estos términos en un mensaje grabado en vídeo, que se ha visionado en un foro sobre «Justicia fiscal y solidaridad» organizado por la Pontificia Academia de Ciencias Sociales y la Comisión Independiente para la Reforma de la Fiscalidad Corporativa Internacional, en el que también intervienen el Papa, el secretario general de la ONU, António Guterres; y el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, entre otros.
Al pontífice y al resto de participantes se ha dirigido Sánchez para defender los avances en la cooperación fiscal internacional y alertar de que hay que enfrentarse a «desafíos sin precedentes». Entre ellos, ha lamentado que algunos pretendan deshacer acuerdos conseguidos, debilitar el multilateralismo y proteger a los más ricos y a las mayores empresas de contribuir como les corresponde. Frente a ello ha fijado una serie de prioridades, como la de asegurarse de que los gigantes corporativos, independientemente de su país de origen, paguen impuestos allí donde generan beneficios.
Ha sido en ese contexto cuando ha abogado por una fiscalidad justa porque, sin ella, se ha mostrado convencido de que nunca se lograrán los recursos necesarios para luchar contra la pobreza o el cambio climático. «La justicia fiscal no es sólo una opción política. Se trata de defender los principios de justicia y solidaridad que sustentan nuestras sociedades». En este sentido, ha emplazado también a aprovechar el avance logrado el año pasado, durante la presidencia brasileña del G20, en la tributación efectiva de los súper ricos. A su juicio, la creciente disparidad entre los más ricos y el resto de la sociedad no es sólo un problema económico, sino moral. «Si los multimillonarios pagan proporcionalmente menos impuestos que la gente corriente, las personas normales, la confianza pública se erosiona», ha advertido. En este punto, ha llamado a participar de forma constructiva en las negociaciones para una convención de la ONU sobre cooperación fiscal internacional, ya que la ausencia de determinados actores ha dicho que no debe disuadir de avanzar hacia un sistema que beneficie a todos.
Para Sánchez, el dilema que se plantea es si entre todos se gobierna la fiscalidad mundial o se deja que sean los más ricos los que gobiernen.