«Todavía estamos lejos de cantar victoria sobre la inflación. Ni siquiera se ha iniciado un amplio proceso de desinflación en la zona del euro», ha señalado en una entrevista con Bloomberg en referencia al elevado nivel de la inflación subyacente y apuntando de que la evolución de los precios descontando el efecto de la energía y los alimentos «juega un papel importante» en el pensamiento del BCE.
La alemana ha reconocido que el traspaso de los precios más bajos de la energía a la inflación subyacente puede ser más lento que cuando el movimiento es al alza, aunque confía en que «eventualmente sucederá», por lo que es más importante para la inflación a medio plazo la evolución de salarios y beneficios.
En este sentido, según la información sobre salarios manejada, el BCE aprecia una recuperación sustancial de las retribuciones y espera que el incremento sea de alrededor del 4% al 5% en los próximos años, «lo cual es demasiado alto para ser consistente con el objetivo de inflación del 2%» incluso cuando se tiene en cuenta el crecimiento de la productividad.
«Dado el nivel actual de los tipos y el nivel y la persistencia de la inflación subyacente, es necesario un aumento de la tasa de 50 puntos básicos en prácticamente todos los escenarios plausibles para llevar la inflación nuevamente al 2%», ha defendido Schnabel, añadiendo que es muy poco probable que los datos entrantes pongan en duda esta intención.
De este modo, Schnabel considera que será en mayo cuando el Consejo de Gobierno contará con un panorama más claro sobre la evolución de la economía y del efecto de las medidas de política monetaria, así como de la marcha del mercado laboral, apuntando que en la reunión de marzo del Consejo de Gobierno del BCE «puede ser útil dar una idea sobre la dirección del viaje».
A este respecto, para la alemana sería necesario ver que la política monetaria se está volviendo restrictiva, lo que debería reflejarse en los mercados crediticios, en los mercados laborales y en los diversos componentes de la demanda agregada, antes de decidir en mayo moderar el ritmo de subida de los tipos a 25 puntos básicos.