“Se acabó la huida. Esta mañana será usted citado en la comisión de investigación del Senado y estará allí en el mes de octubre. Y le digo dos cosas, señoría: la primera es que le resultará muy difícil, pero está obligado a decir la verdad; y la segunda, señoría, es que usted es el máximo responsable de todo y está tan pringado como ellos”, afirmó en una sesión de control al Gobierno en el Congreso marcado por las últimas averiguaciones de la Guardia Civil sobre el patrimonio del exministro Ábalos.
Desde el equipo de Feijóo avanzan que la comparecencia de Sánchez se producirá después de que Ábalos y su exasesor Koldo García declaren la próxima semana en el Tribunal Supremo, y antes de que sea juzgado en noviembre el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz.
El anuncio de Feijóo fue recibido con una sonora ovación de la bancada de la oposición, que contrastó con las risas de los escaños socialistas y, especialmente, de Sánchez. “Ánimo, Alberto”, le replicó el presidente del Gobierno, que tildó de “falsas” las acusaciones de Feijóo de financiación ilegal.
“¡Que la realidad no le estropee un buen titular! Con todos los ríos de tinta que han vertido sobre la supuesta financiación irregular del Partido Socialista… y luego llega la Guardia Civil, léase la página 28 del informe, y verá que sus acusaciones son absolutamente falsas”, dijo.
Feijóo, en cambio, le espetó que la UCO ha “acreditado la jerga” con la que Ábalos y Koldo García supuestamente hablaban del dinero en efectivo que le entregaba el PSOE en sobres, así como que el Partido Socialista tenía 295 cuentas bancarias a su nombre “sin incluir en su contabilidad” en 2020, con un importe superior a los “300.000 euros en saldos”.
“¡Y todo, acaba de decir usted, es una inventada! No, señor Sánchez, es su biografía. Su problema no es que usted esté rodeado de corrupción, el problema es que es imposible acusado sin usted. Por eso el reproche moral lo merece usted. Pero hasta aquí ha llegado, señoría. Después de lo que me acaba de contestar hoy, se acabó la huida”, le replicó Feijóo, quien le recriminó que un presidente “limpio y decente” se habría traslado a Ferraz a “preguntar de dónde han salido los billetes de 500 euros” a los que Ábalos se refería como “chistorras” y a entrevistarse con el ministro de Política Territorial, Torres, por los rumores de los últimos días.
Sánchez, en cambio, centró el grueso de sus dos intervenciones en la sanidad y el aborto. En primer lugar, presumió de que Gobierno ha aumentado en un 45% la inversión en sanidad pública, mientras las comunidades del PP derivan a los pacientes a “la privada” y “lo que ocurre en Andalucía es que hay mujeres sin pruebas diagnósticas y sin tratamientos oncológicos” tras los errores en los cribados de cáncer de mama.
Acto seguido, aplaudió la decisión de su Gobierno de convalidar un real decreto-ley para para aprobar un embargo a Israel y “frenar el genocidio en Gaza”, y contrapuso su iniciativa con un posible voto en contra del PP. Por último, insistió en reformar la Constitución para “blindar el aborto de los ataques de la ultraderecha ideológica y sociológica”, y aseveró que en la Comunidad de Madrid se está “atropellando” este derecho porque “solamente el 1%” de las interrupciones de aborto se llevan a cabo en la sanidad pública.