En concreto, la economía española muestra mayor resiliencia ante la evolución del consumo interno, el empleo y el crecimiento poblacional, pero enfrenta retos estructurales como la baja productividad, el aumento de costes laborales y una creciente inseguridad jurídica
Por su parte, China mantiene su apuesta tecnológica pese a su crisis interna, mientras India emerge como polo industrial estratégico. Europa, por su parte, sigue fortaleciendo su autonomía estratégica con avances en integración e impulso a sectores clave, siendo el bloque económico que mantiene sus perspectivas de avance del PIB en un 0,9 % anual, destacando la recuperación de Alemania y el crecimiento de España en torno a un 2,5% este año.
Singular Bank ha presentado su nuevo informe, titulado Perspectivas económicas y estrategia de inversión 2025: implicaciones de un nuevo ciclo geoeconómico, en el que analiza nuevamente en profundidad el escenario económico y geopolítico global y sus consecuencias para la asignación de activos. Todo ello en un contexto marcado por la creciente fragmentación, la incertidumbre geopolítica y el avance de profundas transformaciones estructurales.
En este informe, la entidad identifica un cambio sistémico en el orden económico internacional, que desde 2022 han estructurado en torno a las llamadas “5Ds”: la desglobalización, con un proteccionismo en auge y el rediseño de las cadenas de valor; la descarbonización, impulsora clave de la transición energética; la digitalización, alimentada por la inteligencia artificial, la automatización y la disrupción tecnológica; la demografía, cuyas divergencias regionales están alterando los patrones de consumo y productividad; y, por último, la desconfiguración del orden mundial, reflejo del debilitamiento del multilateralismo y del retroceso de la Pax Americana. En conjunto, estos vectores configuran un nuevo ciclo geoeconómico caracterizado por una mayor volatilidad y el reposicionamiento estratégico de los principales actores globales.
En este escenario, el informe sitúa a Estados Unidos en un momento de inflexión. La reelección del presidente Donald Trump y la implementación de su agenda nacionalista bajo el lema “Make America Great Again” han conllevado un giro hacia el aislacionismo económico y político, debilitando así el rol tradicional del país como garante del orden internacional. Las políticas arancelarias, y las dudas sobre su plan de consolidación fiscal podrían provocar presiones inflacionistas en los próximos meses, y podría generar un significativo incremento del déficit presupuestario hasta un 9 % del PIB en 2035. Como consecuencia, se anticipa que la economía estadounidense limite su crecimiento a un 1,5 % en 2025, lo que supondría su ritmo más bajo desde 2011, excluyendo el impacto de la pandemia.
Mientras tanto, frente a este repliegue estadounidense, China seguirá reforzando su autonomía estratégica, reorientando sus exportaciones hacia Asia-Pacífico y acelerando su apuesta por las tecnologías estratégicas, todo ello a pesar de la debilidad de su demanda interna y de las consecuencias de suspersistente crisis inmobiliaria. Así, el avance de su PIB en 2025 se estabilizará en torno al 4,3 % anual. En paralelo, India sigue erigiéndose como un socio clave en el nuevo tablero global, consolidando su papel como centro de relocalización industrial gracias a sus ventajas competitivas, tanto en sectores tradicionales como en aquellos de alta tecnología.
Por su parte, Europa afronta el reto de reforzar su autonomía estratégica y responder de forma coordinada al nuevo orden mundial. Aunque persisten divisiones políticas internas, se observan señales de mayor integración gracias a la reactivación del eje París-Berlín, la recuperación de vínculos con el Reino Unido y el impulso a sectores estratégicos como la defensa, la biotecnología o la inteligencia artificial. En este contexto, la Eurozona mantendría un crecimiento moderado del 0,9 %, con España registrando un 2,5 % anual, si bien se anticipan signos de enfriamiento económico para 2026. Singular Bank también advierte del riesgo de que sí EE. UU. impone nuevos aranceles a la UE, éstos afectarían especialmente a Alemania, Francia o Italia.
En lo que respecta a España, el informe subraya la resiliencia de su economía, apuntalada por el consumo interno, el empleo y el crecimiento poblacional. No obstante, advierte sobre varios desafíos persistentes, entre ellos la baja productividad, la inseguridad jurídica, el aumento de los costes laborales y la ausencia de reformas estructurales. Además, comienza a detectarse un deterioro en la confianza del consumidor, lo que podría traducirse en una desaceleración del gasto privado en los próximos trimestres.