Hacienda ha planteado a Trabajo una deducción específica para poder avanzar en un acuerdo, que pasaría por aplicar una deducción a los perceptores del SMI que tuvieran que tributar para evitar así que pagasen IRPF. Esta rebaja del impuesto supondría un impacto de más de 200 millones de euros, pero que es «mucho más bajo» de lo que supondría aprobar una exención del IRPF por debajo del Salario Mínimo, que en ese caso las cifras se podrían incremental hasta los 2.000 millones (varía entre los 1.500 y 2.000 millones).
A pesar de que Montero ha reconocido que «hay diferencias» con Sumar, la ministra ha defendido que la oferta del Ministerio de Hacienda va en la línea de lo que esta formación persigue. «El Gobierno de España quiere llegar a un acuerdo en el interior de las fuerzas políticas que conforma la coalición», ha recalcado. Aunque se mantiene firma en que «a medida que esas rentas salariales vayan subiendo, tendrán que aportar de forma proporcional al sostenimiento de las arcas públicas». «No podemos elevar hasta el infinito el ahorro de las rentas bajas», ha sentenciado la líder de Hacienda.
La propuesta de Hacienda trata de solucionar un problema que se abre cada año cuando se incrementa el Salario Mínimo. De esta manera, la cartera de Montero propone que se establezca un límite a partir del cual el SMI ya tribute el IRPF.
Esta misma mañana, ha sido la ministra de Trabajo la que había adelantado la ausencia de un acuerdo definitivo, aunque sí que reconocía que las negociaciones seguían en curso. Así, Díaz ha explicado que con un SMI anual de 16.500 euros, el tipo marginal a aplicar en el IRPF es del 43%, «una tremenda injusticia fiscal» que hace a sus perceptores aportar a Hacienda 22 euros de los 50 euros en los que se ha subido el SMI este año.
Cabe destacar que el pasado lunes, Díaz anunció en una entrevista para TVE que le había pasado una propuesta a Hacienda para que los perceptores del SMI no tributaran por el IRPF. Tras estas declaraciones, el martes, ambos ministerios se reunieron para comenzar unas negociaciones que, por el momento, no han encontrado un punto común