Sus ingredientes son los conocidos: partiendo de hechos históricos y de personajes reales, aunque con nombres distintos escribe una novela con ritmo muy bien estudiado, sin estridencias, pero sin descanso emocional para el lector.
Estamos en Los Ángeles en 1967, toda la acción se sabe que debe de acabar antes del día de Navidad, aunque no se conoce la razón, y todos los personajes que aparecen son cada uno de ellos protagonistas de partes distintas que acaban ensamblándose en una única historia.
Se han producido tres brutales asesinatos en la ciudad y el subinspector Feinberg de la policía de Los Ángeles se pone en contacto con Ida, una detective (conocida para los lectores de las anteriores novelas) que se ha jubilado para pedirle ayuda ya que su nombre ha aparecido escrito en un periódico junto al cadáver de la última muerta. Aunque se resiste acaba por prestar su ayuda, pero asegurando que no pasaría de ser algo momentáneo. Sin embargo, según va estudiando los expedientes que le pasan tiene un sentimiento de que se debe involucrar en el caso.
A la vez, Kerry, una enfermera que está en Vietnam reponiéndose de unas graves quemaduras con Napalm, viaja a la ciudad ya que su hermano, su única familia ha desaparecido y no tiene ninguna pista fiable para saber donde está, pero está empeñada en encontrarle.
Un jefe de la Mafia, hace venir a Dante, un colaborador que se está retirando con su mujer y su hija y que solo sueña con irse al norte de California a vivir de una explotación vinícola, para que busque a su hijo que estaba en la cárcel por tráfico de drogas y al que ha pagado la fianza, pero ha desaparecido. Dante no se puede negar por miedo a las represalias.
El último personaje que va a entrar en escena es Louis Amstrong, el célebre trompetista conocido de Ida desde que eran niños. Ida y Dante son amigos y acabaran reuniéndose para resolver los problemas de cada uno, al que se juntará, Kerry, porque sin saberlo su hermano estaba relacionado con ellos. La trama se complicará porque en los casos está implicada la policía de Los Ángeles, la agencia que se dedicaba a perseguir las drogas y la CIA. Esta última es la que queda más mal parada en la novela. Es toda una época de cambio, de transformaciones sociales, culturales y políticas y los personajes que son todos de otro tiempo se encuentran en algunos momentos desorientados.
La novela dentro de la diversidad de escenarios no es complicada y Celestin ha logrado un orden narrativo que facilita mucho la lectura. El conjunto es el de una gran novela, que justifica los premios literarios que ha conseguido.
Sunset Swing
Ray Celestin
Alianza editorial, (2023)
581 págs.