En un documento, al que ha tenido acceso este periódico, plantea, entre otras cosas, reducir el número de puntos de venta, prohibir cualquier tipo de incentivo a los estancos y demás puntos de distribución, incrementar la edad mínima de compra, impedir la introducción de nuevas marcas de cigarrillos y vetar cualquier tipo de apoyo estatal a los productores de tabaco. El número de licencias de estancos en España al cierre del último ejercicio se situó en 12.858, según el informe Encuesta sobre alcohol y otras drogas en España, lo que supone una caída ya en la última década del 3,2%.
La intención de la OMS es llevar ahora la propuesta, respaldada por la Comisión Europea, a la COP 11, la undécima Conferencia de las Partes del Convenio Marco de la OMS para el Control del Tabaco (CMCT), que se celebrará en Ginebra a finales del próximo mes de noviembre. La intención de la autoridad europea es acudir a la reunión, a la que acudirán cerca de 180 países, con una propuestas única que en el sector califican de «extrema y radical».
Estas no son las únicas medidas, sin embargo, que contempla el plan de la Organización Mundial de la Salud. La lista se divide en cuatro bloques. Por un lado, el apartado de suministro de tabaco también recoge la restricción de esta sustancia de forma permanente a los nacidos a partir de cierto año. En abril de 2024, Reino Unido ya dio luz verde a un proyecto de ley que impediría comprar tabaco de por vida a las personas nacidas después del 1 de enero de 2009.
En cuanto al mercado, las autoridades proponen «grandes multas» respecto al consumo en la población joven. De hecho, en España el Anteproyecto de Ley que modifica la normativa 28/2005, aprobado el pasado septiembre por el Consejo de Ministros, recoge un incremento de las multas para las personas que fumen o vapeen en áreas prohibidas o libres de humo. Pasarán a ser de 100 euros (las mínimas), lo que supone triplicar la cantidad que está establecida en la actualidad, que se limitan a 30 euros. Respecto al producto en sí, la OMS y, en consecuencia, la Comisión Europea pedirá disminuir el nivel de nicotina en los cigarrillos y sus derivados, prohibir los slims – cigarrillos de un diámetro más delgado que los tradicionales – y los productos de tabaco combustible.
El último bloque de la lista se refiere al consumo de estos productos. Entre las medidas, destaca incrementar los espacios libres de humo. Esta es una de las medidas estrella en la que ha estado trabajo el departamento de Mónica García. De hecho, el anteproyecto mencionado anteriormente extiende la prohibición del tabaco y sus derivados a parques infantiles, terrazas de bares y restaurantes, estaciones de transporte, espectáculos y conciertos al aire libre; y vehículos con conductor, entre otros.
