En ese contexto, el primer problema con el que se encuentra este personaje es el de la elección de su equipo, operación nada fácil dadas las circunstancias que rodean el triunfo de su investidura, éxito que comparte con un sin fin de partidos y partidillos, que entre sim andan a la greña y solo se unen bajo el paraguas del líder socialista para como ellos dicen impedir que la derecha y la ultra derecha lleguen al poder, pero que quieren participar en esa cuota de poder que supone alcanzar el grado de ministro.
Por otra parte, son mas de uno los ministros de la anterior etapa que no han terminado demasiado bien con el jefe, por lo menos a satisfacción de este y por tanto tendrán que dejar el sillón, pero las sustituciones no son fáciles. Ejercer el cargo o dirigir un Departamento a las órdenes de Sánchez conlleva comerse muchos sapos y eso los buenos profesionales no lo asumen, por lo que hay que tirar de cantera del partido con lo que ello conlleva de obediencia y servilismo, pero también de ignorancia de lo que se trae entre manos. De ahí, los fracasos y las numerosas meteduras de pata que se han visto.
E inmediatamente después, habrán de meterle mano a los PGE clave de la Legislatura puesto que su aprobación supondrá la garantía de continuidad para Sánchez y previamente, el responsable de turno tendrá que lograr sacar adelante en el Senado, el llamado “techo del gasto” primera batalla política entre populares y socialistas y en las que estos últimos se pueden encontrar sin todos los apoyos de la investidura, todo dependerá de que cifra se proponga como techo y sui esta contiene los compromisos adquiridos, algo complejo por el volumen de lo comprometido.
Y esto solo son los primeros pasos, así que trabajo tienen , Si lo hacen bien España saldrá adelante, de lo contrario el resultado puede ser nefasto.