El nombre «Commodore» no es casualidad, además de estar protegido como Rótulo Histórico, también posee un fuerte vínculo familiar con los primeros propietarios del local. “Nos hace ilusión continuar con la tradición, además de ser una buena oportunidad para darle ese apellido a Trocadero Commodore que tanta gente reconoce y sitúa.” Explica Jorge Hernandez- Gil, director general de Grupo Trocadero.
Con el objetivo de cerrar el año con una plantilla de 900 empleados y una facturación de 30 millones de euros, el Grupo Trocadero se ha convertido en una extensa familia, que no ha parado de crecer en los últimos años. La expansión de la marca ha sido fulgurante, con recientes aperturas en Tarifa y Málaga este pasado verano.
La elección de Madrid como gran y emblemática destino no solo tuvo que ver con la necesidad de un espacio, sino que también es un retorno a las raíces. Dioni, el fundador del Grupo Trocadero, inició su carrera empresarial en la capital abriendo bares de copas, cafeterías y restaurantes. Además, muchos de sus amigos y familiares son madrileños y viven en Madrid. Incluso en las cercanías del viejo Mayte Commodore, hoy Trocadero Commodore,
Lo curioso de esta aventura gastronómica del grupo es que este local, que ha pasado por diversas manos desde la muerte de su creadora que hizo de él un símbolo gastronómico de toda una época, ha estado en el mercado en numerosas ocasiones en dos de las cuales Dionisio Hernández Gil trato de hacerse con él, pero llego tarde. Sin embargo, por los rezones que sea tanto la aventura de las Gandaria, como la de los posteriores gestores que alquilaron el local, no terminaron de fructificar con éxito.
Hoy tras una profunda reforma para recuperar el viejo y tradicional espacio, por cierto, protegido arquitectónicamente ya que es obra de Gutiérrez Soto haya por 1953, el local, decorado por Alejando Hernández Gil puede convertirse en el buque insignia de un grupo con acento andaluz y sabor a mar, puesto que su nacimiento y primer gran desarrollo ha tenido lugar entre Málaga y Cádiz y puede que lleve al grupo a facturar los 50M€, y pensar, si es que ese momento llega a crecer fuera de España, aunque eso es harina de otro costal, entre otras cosas porque el creador de Trocadero imprime su carácter en cada uno de los locales y en estos momentos ya tiene que duplicar su vida entre Marbella y Madrid, las dos ciudades sobre las que pilotan su vida profesional.
En este sentido, Trocadero Commodore mantiene el espíritu del chiringuito en Madrid con un carácter alegre y desenfadado, un servicio cercano y una oferta gastronómica en la que los pescados desempeñan un papel destacado. La carta sigue la estructura que ha hecho famoso al grupo, con énfasis en pescados, arroces y carnes, así como una sección «japo». Además, se incorporarán nuevos platos con guiños a la cocina madrileña.
En cuanto a la decoración, Trocadero Commodore se distingue por referencias internacionales en lugar de las referencias africanas presentes en otros locales de la Costa del Sol, donde África forma parte del horizonte de cada local. El uso de materiales nobles como madera, piedra, latón y telas, junto con un cuidado paisajismo y obra gráfica, garantiza que el sello Trocadero sea reconocible fácilmente.
El restaurante se divide en dos plantas con múltiples zonas, que incluyen salones principales, terrazas en Serrano y Joaquín Costa, zonas de sofás con barra propia, y una variada oferta para disfrutar en la planta calle, con terrazas, una barra principal y zonas de mesas altas.
Trocadero Commodore llega a Madrid con la promesa de ofrecer a los madrileños y visitantes una experiencia gastronómica nueva, pero manteniendo la esencia que ha hecho que el Grupo Trocadero sea reconocido en toda España. Con más de 100 empleados directos y una ubicación inigualable, el restaurante está listo para convertirse en un destino gastronómico destacado en la capital.
Trocadero Commodore
Plaza de la República Argentina, 5
Tlf. 670 03 70 61.
28002 Madrid.