Balas, según informa este medio, es el responsable de las investigaciones sobre la mujer y el hermano del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, así como el entramado del caso Koldo y la investigación sobre el Fiscal General del Estado. Por su parte, Leire Díez es la mano derecha de Santos Cerdán, el secretario de organización del PSOE.
A la reunión, que se produjo por videoconferencia, asistieron la propia Leire Díez, el empresario Pérez Dolset -colaborador de Ferraz y procesado por fraude en subvenciones-, el abogado Teijelo y Hamlym, un industrial detenido por la UCO en 2019 en la operación Drake, un fraude en la venta de combustibles.
Si bien, la reunión no era para tratar los problemas de Hamlym con la justicia, sino para conseguir información acerca de Balas y acabar con él. De hecho, según el propio medio, Leire Díez llevaba más de un año recopilando información sobre organismos considerados enemigos del Gobierno.
Hamlym afirma en la conversación que tenía pruebas que confirmaban que había sido víctima de una trama corrupta de la Guardia Civil. Es entonces cuando el abogado pregunta «¿Qué sabemos de Balas?». Díez, por su parte, acusa a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado de «no estar para los ciudadanos de este país» y ataca a Balas, que considera que está convirtiendo «a todos en presos y carceleros de él».
Si bien, Hamlyn lo que quería saber es qué ganaba él con todo esto, por lo que comenzó a enumerar sus problemas de nuevo. «Puedo sacar mucha información, (…) pero necesito saber qué pasa con mi tema. (…) ¿Qué pasa con mi honor, eh?» Y Leire le aseguró que el fin de Balas sería el fin de sus problemas: «Necesito a Balas, así de claro» exponía. Sin embargo, Hamlym no se fiaba y, aunque estaba dispuesto a colaborar con el PSOE, pedía «un papelito» donde quedara claro todo. En este momento, Dolset indicaba que eran necesarias «una o dos irregularidades claras, absolutamente probadas», contra Balas. Es aquí cuando Hamlym elevó las expectativas: «Con una cosa que te dé ya está, está muerto».
Tal y como se escucha en el audio publicado por El Confidencial, Díez le pedía celeridad a Hamlym para que le diera ese material, que era información sobre que los altos mandos de la UCO «traían contenedores de coca». Sin embargo, la reunión fracasó. No hubo nuevos encuentros y en realidad Hamlym no tenía ningún dato que permitiera poner en cuestión el papel de Balas y del resto de agentes.
Esta reunión de los fontaneros es solo otro de los movimientos del Gobierno para intentar parar a la UCO. Por ejemplo, en septiembre del año pasado, Moncloa colocó al frente de la Dirección de la Guardia Civil a Mercedes González, exdiputada del PSOE. Además, miembros del Ejecutivo como la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, no dudaron en culpar a la UCO de la filtración de los mensajes de Ábalos y Sánchez sin aportar ninguna prueba.