Ese es el riesgo al que se enfrenta la zona euro. Si bien la economía ha estado creciendo desde principios de año, el ritmo es dolorosamente lento», apuntan en Hamburg Commercial Bank.
El índice PMI compuesto de actividad total de la zona euro, ajustado estacionalmente, alcanzó su máxima de los últimos doce meses en agosto al situarse en 51 frente a 50,9 registrado en julio. Este último dato extendió la secuencia de cifras superiores a 50 registradas desde principios de año, aunque el ritmo de expansión señalado se mantuvo débil.
El crecimiento se vio rezagado por el sector servicios, que registró un aumento marginal y más lento. Por otro lado, el sector manufacturero indicó el mayor incremento de la producción en casi tres años y medio
De hecho, el índice PMI de actividad comercial del sector servicios de la eurozona disminuyó de su máxima en cuatro meses de 51 registrada en julio a 50,5, indicando un crecimiento más lento y marginal de la actividad en agosto.
Concretamente, la demanda de servicios se mantuvo prácticamente sin cambios. Los nuevos pedidos de clientes internacionales fueron un mayor lastre en el rendimiento de las ventas en agosto, ya que los nuevos pedidos de exportación cayeron al ritmo más rápido en tres meses. Los pedidos pendientes de realización disminuyeron de nuevo en el último período de la encuesta, aunque a un ritmo más lento. La tasa de reducción fue marginal y la más débil desde mayo de 2024.
El crecimiento del empleo se mantuvo en agosto, extendiendo la secuencia actual de contratación a más de cuatro años y medio. El ritmo de creación de empleo fue el más fuerte desde abril. Las expectativas empresariales fueron optimistas, ya que las empresas prevén una mayor actividad en los próximos doce meses. El nivel general de sentimiento positivo disminuyó ligeramente en comparación con el mes anterior y se mantuvo por debajo de su promedio a largo plazo.
Las presiones inflacionistas repuntaron en el sector servicios de la zona euro. La inflación de los costes de los insumos alcanzó su máxima en tres meses, mientras que los precios cobrados aumentaron al ritmo más rápido desde marzo. Mientras, en general, en la actividad total de la eurozona, se observó una mejora en las condiciones de la demanda para las empresas de la zona euro en agosto, ya que los nuevos pedidos aumentaron por primera vez desde mayo de 2024. Las ventas industriales fueron el principal impulsor, ya que los nuevos pedidos recibidos por las empresas del sector servicios aumentaron solo ligeramente en el mes.
En consecuencia, el ritmo de expansión en general fue marginal. A juzgar por los datos subyacentes, el crecimiento de los nuevos pedidos reflejó la dinámica del mercado interno, ya que los nuevos pedidos de exportación se redujeron en agosto, extendiendo la secuencia actual de deterioro de la demanda internacional a tres años y medio. De hecho, la última contracción fue la más rápida desde marzo pasado. Puesto que el crecimiento de la actividad fue superior al de los nuevos pedidos, las empresas de la zona euro hicieron nuevos avances en sus pedidos pendientes en agosto. No obstante, el ritmo de reducción fue el más débil en casi dos años y medio y fue solo leve.
La tendencia de la contratación observada desde marzo continuó en agosto, ya que el empleo en el sector privado de la zona euro aumentó por sexto mes consecutivo. La tasa de creación de empleo también alcanzó su máxima en 14 meses. La mejora a nivel compuesto reflejó una mayor contratación en las empresas del sector servicios, ya que la dotación de personal en las fábricas se redujo de nuevo.
La confianza empresarial se mantuvo prácticamente sin cambios con respecto a julio, registrando solo una leve disminución. No obstante, dicho declive la situó en su nivel más bajo en tres meses. En general, las empresas de la zona euro se mostraron optimistas respecto al crecimiento durante los próximos doce meses, pero este grado de positividad fue inferior a su media a largo plazo.
En cuanto a los precios, los datos de la encuesta de agosto indicaron una aceleración en la tasa de inflación de los costes de los insumos. En general, los gastos operativos aumentaron al ritmo más rápido desde marzo. El sector servicios siguió siendo la principal fuente de presión en los precios, aunque en agosto se observó un nuevo repunte, que de todos modos fue marginal, de los costes de fabricación. En consecuencia, los precios cobrados por los productos y servicios de la zona euro se incrementaron al ritmo más fuerte de los últimos cuatro meses.
Por países, los resultados de la encuesta de agosto indicaron que España fue la economía de mayor crecimiento, a pesar de que su ritmo de expansión se ralentizó. También se observaron desaceleraciones del crecimiento en Irlanda y Alemania, mientras que Italia registró un aumento ligeramente más rápido. Francia siguió siendo la economía de la zona euro con el peor desempeño, aunque hubo indicios de estabilización, ya que su índice PMI compuesto de actividad total alcanzó su máxima en doce meses, situándose apenas por debajo del nivel de ausencia de cambios de 50. «Las tensiones políticas en Francia y España, la incertidumbre en torno al acuerdo comercial entre la UE y EEUU y los continuos problemas en el sector automotriz, clave para la economía, no están ayudando. El lado positivo es el aumento del gasto en defensa en toda Europa y el programa de infraestructuras de Alemania, que ofrecen esperanzas de que la economía pueda seguir avanzando y evitar una caída», comentan en Hamburg Commercial Bank.
En este momento, considera que el panorama en el sector servicios «se asemeja más a una estanflación que a una recuperación. El ritmo de expansión se ha ralentizado aún más, con respecto a un ritmo ya lento, mientras que las presiones de los costes han aumentado y la inflación de los precios de venta ha subido ligeramente». No obstante, todavía no ven una tendencia a la baja puesto que hay indicios de estabilización tanto en los nuevos pedidos como en los pedidos pendientes de la zona euro. «Aun así, la situación general sigue siendo frágil», dicen.
«Es probable que el Banco Central Europeo (BCE) esté analizando los datos de los precios del PMI del sector servicios con sentimientos contradictorios. Por un lado, el aumento de los costes de los insumos apunta a un incremento de las presiones inflacionistas. Por otro lado, la inflación de los precios de venta apenas se ha movido, lo que sugiere que las empresas de servicios tienen dificultades para repercutir esos mayores costes en su totalidad a los consumidores», indican.
Sin embargo, creen que el aumento de los costes «significa que se están acumulando las presiones inflacionistas bajo la superficie».
En general, piensan que «esto apunta a una disminución de la productividad laboral en la zona euro, lo cual es preocupante desde el punto de vista de la inflación. Cuando la productividad disminuye, el coste por unidad de los servicios aumenta, potencialmente contrarrestando la reciente moderación del crecimiento salarial. El BCE sigue de cerca esta dinámica, como se destaca en las actas de su última reunión