La inflación de la zona euro se mantiene en el objetivo de estabilidad a medio plazo del Banco Central Europeo (BCE). En julio, el Índice de Precios de Consumo (IPC) se volvió a situar en el 2%, según la estimación publicada por Eurostat, la oficina de estadística de la Unión Europea (UE).
Por componentes, los alimentos, el alcohol y el tabaco registran la tasa anual más alta, del 3,3% frente al 3,1% de junio, por delante de los servicios, cuyos precios se relajaron dos décimas, hasta el 3,1%, y los bienes industriales no energéticos, que subieron tres décimas, hasta el 0,8%.
Mientras, el coste de la energía se redujo un 2,5%, frente a la bajada del 2,6% registrada en el mes anterior. Entre los países, las tasas interanuales más altas se dieron en Estonia (5,6%) y Croacia y Eslovaquia (ambos 4,5%). Por el contrario, en Chipre (0,1%), Francia (0,9%) e Italia (1,7%) se observaron las menores subidas de precios.
En cuanto a la inflación subyacente, es decir, la tasa excluyendo los precios de la energía, los alimentos frescos, el alcohol y el tabaco, se mantuvo igualmente en el 2,3% en julio por tercer mes consecutivo.
El pasado 24 de julio, el BCE decidió pausar los recortes de los tipos de interés tras siete bajadas consecutivas, dejándolos en el 2%. Su presidenta, Lagarde, enfatizó en la conferencia de prensa que tanto la eurozona como el banco se encuentran en una buena situación